Uno de los estrenos que porta María Santísima de la Victoria esta Semana Santa es un broche del siglo XIX en metal dorado, que pende de una lazada de terciopelo azul celeste, símbolo inmaculista, y puntillas doradas. El broche porta en su interior una pintura al óleo que representa al Espíritu Santo en forma de paloma blanca que abre sus alas infundiendo sus dones a la cristiandad.
Manuel Galán
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