Si la Semana Santa de Jaén tiene algo de especial es que es “especial”. Nuestra Semana Santa no se parecen como dicen algunos a la que podemos ver en otros municipios de la geografía andaluza y castellana. La Semana Santa de Jaén tiene una serie de rasgos propios, únicos e irrepetibles, lo que podemos llamar un código genético semanasantero propio. Estos rasgos no son fruto de décadas de evolución sino de siglos. Y es que nuestra Semana Santa no nació al amparo del auge en otros lugares, nació en la vanguardia de este sentimiento religioso. Son muchos los años, personas e historias las desde que en el año 1541 se constituyera la Vera-Cruz han conformado lo que es en la actualidad nuestra Semana Santa.
Son todos estos años, personas e historias las que han hecho que tengamos nuestros rasgos propios, quizás algunos más del gusto del sentimiento cofrade actual y otros menos, pero propios. Entre estas características del ADN semanasantero jiennense destaca la exaltación de la figura del discípulo amado, aquel que acompañó a María al pie de la Cruz y al que Jesús encargó a su Madre, San Juan. Y es que históricamente y actualmente podemos hablar nuestra Semana Santa como SANJUANISTA.
Han sido varias las secciones sanjuanistas que se han creado en nuestras cofradías y por supuesto muchos los pasos de San Juan que han procesionado y que en la actualidad procesionan en nuestra ciudad. Es por ello que vamos a analizar el recorrido del discípulo amado en Jaén.
Nuestra primera parada en este recorrido van a ser las distintas secciones sanjuanista que se han creado en las cofradías jiennenses.
De entre todas estas secciones destaca la pionera de todas ellas y que aún se mantiene la Sección Sanjuanista del Santo Sepulcro. Corría el año 1907 cuando en la calle de los Coches con el impulso de la Familia Valdeastillas se creó dicha sección formada por doce jóvenes. La recién creada sección se decidió por incorporar túnicas nuevas, siendo la túnica y la capa blancas y el caperuz verde portando así mismo una cruz verde de a ocho puntas. Sin duda se trataba de una túnica inspirada en la túnica de la Hermandad Sevillana de La Macarena. La sección creció y tomó fuerza lo que llevó a tomar la desafortunada decisión de cambiar la policromía de la talla de San Juan por la de la túnica de la sección. Decisión que años después fue corregida restaurándose la imagen y volviendo a recuperar su originaria policromía.
La sección pasó a convertirse en un referente de la propia cofradía si bien la sección mantenía su propia autonomía financiándose a través de la organización de diversos actos. Era tal su prestigio que algunas cofradías solicitaban su presencia en sus respectivas procesiones. Con el paso del tiempo y como es de costumbre se sucedieron años de esplendor y de decadencia. Así se llega hasta 1962 donde bajo el Gobierno de la Sección por Rafael Ortega Sagrista se lleva a cabo la restauración de la imagen por el sevillano Juan Abascal Fuentes. Tras estos años la sección se va a mover en la cuerda floja pasando penurias que desembocaron en la desaparición del paso de San Juan en la procesión del Santo Sepulcro en el año 2001. En la actualidad aún persiste dicha sección aunque atrás queda ese tiempo en que en palabras de Rafael Ortega Sagrista la Sección Sanjuanista era “ una pequeña cofradía con sus Estatutos, imagen, enseres, sus cofrades y vida propia “.
El auge de la Sección del Santo Sepulcro llevó a la cofradía de la Expiración a crear su propia sección Sanjuanista. La tradición Sanjuanista de esta cofradía parte de 1929 año en el que se encargó al imaginero Francisco de Pablo una imagen de San Juan sin barba, imagen que fue procesionó ese mismo año y que fue quemada en la plaza de San Bartolomé en 1936. Posteriormente la cofradía adquiere otra talla en 1943 que será la precursora de la creación de la sección Sanjuanista en 1950. La sección se creó al amparo del Gobernador de la cofradía Cándido Nogales a su vez director del colegio de San Agustín. Destacar que se trataba de años de esplendor de la Semana Santa dónde las cofradías buscaban su mayor lucimiento. La túnica que se eligió para dicha sección fue de color blanco y el caperuz verde. Su primera salida procesional acompañando a su titular fue en el año 1950. Si bien al igual que le ocurrió a la Sección del Santo Sepulcro la decadencia posterior fue inevitable llegando a suprimirse aun cuando San Juan seguía procesionando en su propio paso, hecho que se mantuvo hasta los años noventa.
Por último también merece la pena resaltar la escuadra de San Juan en la Cofradía de las Siete Escuadras que hoy día podemos asociar a la Cofradía de la Veracruz. Hay que indicar que dicha escuadra nunca se autodenominó sección Sanjuanista si bien mantuvo la esencia de dichas secciones razón por la que merece su tratamiento. La cofradía de las Siete Escuadras era gremial, donde miembros de diferentes gremios se organizaban entorno a una de las diferentes escuadras. Así ocurría con la Escuadra de San Juan que estaba formada por hojalateros. La túnica de esta escuadra era de color verde y se distinguía porque sus miembros portaban una palma, siendo ésta la insignia de la escuadra. También contaba con su propio gallardete y con un estandarte verde de terciopelo. Decir también que en varios años los miembros de esta escuadra acudieron a sacar la imagen del Evangelista de la cofradía de Nuestro Padre Jesús que estaba muy desamparada. La imagen a la que daban culto los miembros de dicha escuadra era una imagen de candeleros para vestir, de expresión infantil y angustiada, pelo ensortijado y con una aureola de plata. En la mano derecha portaba la palma insignia de la escuadra y en la izquierda un pañuelo de blonda. Dicha imagen fue quemada junto al resto de imágenes de la cofradía en 1936. La actual imagen de la cofradía es de Francisco de Pablo, imagen cuya primitiva propiedad recaía en la Cofradía de la Buena Muerte y que ésta cedió a la Veracruz en 1960 cuando se decidió incorporar el grupo escultórico del Descendimiento.
En este recorrido por las principales secciones sanjuanistas hay un hecho que resulta curioso. La Cofradía de Nuestro Padre Jesús pese a contar con imagen de San Juan en su paso propio desde mediados del siglo XVIII nunca ha contado con sección Sanjuanista ni tampoco se ha advertido a lo largo de su historia una especial devoción por la figura del Evangelista. Así en el siglo XIX durante muchos años nadie quiso correr con los gastos del paso de San Juan, dándose el caso de que devotos ajenos a la Cofradía fueron los que más de un año la sacaron, como ocurrió entre 1847 y 1850 donde los miembros de la escuadra de San Juan de la Veracruz portaban la imagen. Hechos que son curiosos en una Cofradía donde la presencia de la talla de San Juan es dilatada en el tiempo. Quizás la devoción a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno por el pueblo de Jaén haya hecho que en determinados momentos históricos se haya caído en una despreocupación por la talla de San Juan. Si bien a favor de la cofradía hay que decir que en los últimos tiempos ha sido la única que ha mantenido a San Juan en su paso propio.
Estas secciones sanjuanistas de antaño lejos de haber desaparecido en la época actual mantienen su esencia en los “Grupos Jóvenes”. Poco importa que se llame “Grupo Joven” o “Sección Sanjuanista” lo cierto es que ya fuera hace varios años o en la actualidad el protagonismo recae en la gente joven que iniciaban e inician sus pasos en el mundo cofrade en estos grupos, semillero de futuros cofrades de renombre. Y que mejor forma de iniciarse en el sentimiento cofrade que siguiendo la figura del más joven de los discípulos del Señor, aquel que siempre estuvo junto al Maestro.
En definitiva y tras esto somero repaso histórico debemos concluir que nuestra Semana Santa es Sanjuanista. Y como todo lo nuestro, no podemos ni debemos perderlo y aunque los tiempos hayan cambiado somos portadores de una Historia a la que deberemos rendirle cuentas. Todas ellas son razones por las que al hacer un repaso por el mundo cofrade nos sintamos obligados a rescatar del olvido este hecho para sentirnos un poco más sanjuanistas.
BIBLIOGRAFÍA:
-“Insigne y Real Congregación del Santo Sepulcro de Cristo y Siervos de la Orden Tercera de Nuestra Señora de los Dolores. Historia, tradición y religiosidad de cinco siglos” Manuel Lopez Pérez.
-“Boletín Expiración nº8, de Marzo de 1988” Editado por la Real Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Expiración, María Stma. de las Siete Palabras y San Juan Evangelista de Jaén.
-“Del Jaén perdido” Francisco Jiménez Delgado.
-“La Cofradía de la Santa Vera-cruz en Jaén”. Rafael Ortega Sagrista
Muchas gracias, Pedro, y enhorabuena. Artículos como este, llenos de sentido cofrade y jaenero, pertenecen a ese grupo de cosas que mas falta nos hacen.
Hace ya muchos años, hablando precisamente con D. Rafaél Ortega sobre el tema Sanjuanista, se preguntaba porqué las cofradías habían escogido el color verde para las túnicas de dicha sección, siendo el rojo el color litúrgico de San Juan Evangelista. Él no tenía respuesta y puedes imaginarte que yo, mucho menos. ¿Se te ocurre alguna explicación?
De nuevo gracias.
Magnífico artículo que saca del olvido a la imagen de San Juan. Quizás el gran olvidado de nuestras cofradías en Jaén y que, como muy bien ha explicado el autor, es un signo que nos diferencia del resto de la Semana Santa andaluza y española.
En primer lugar me alegro de que os interese el artículo. Gracias. Respecto a la cuestión que me preguntas Inocente decir que si D. Rafael Ortega no tenía un porqué difícil se me hace darte una respuesta. Tan solo decir que pese a que el color litúrgico de San Juan es el rojo, ya en la Edad Media se representaba a San Juan con túnica verde y capa roja. El color verde representa la naturaleza, la renovación espiritual presente en el Evangelio de Juan y el rojo por tratarse del discípulo amado (no por ser mártir, ya que éste se salvo del martirio en la caldera). Lo cierto es que este color verde no es único de nuestra ciudad sino que una gran parte de Cofradías también utilizan este color para vestir la imagen de San Juan. También aportar que otros símbolos del discípulo son el águila ( por la altura de su pensamiento, se habla de San Juan como el primer teólogo) y la palma.
Tremenda ésta curiosidad, me ha fascinado y encantado!
Aunque el artículo es antiguo, espero que alguien me pueda responder. Ahí se dice que la imagen de san Juan fue quemada en 1936 y era una talla del escultor valenciano Francisco Pablo de 1929. Lo que no me queda muy claro es si fue sustituida después de la Guerra por otra del mismo escultor. Unos párrafos más abajo parece indicar que sí. Cuando dice que pasó a la Congregación de la Vera Cruz. Entonces mi pregunta es saber si la actual imagen de la Vera Cruz es de 1929 como se dice en la información histórica de dicha congregación o es de posguerra de 1943, y si también es de Francisco Pablo . Muchas gracias.