La Cofradía de la Divina Pastora ha celebrado en la Basílica Menor de San Ildefonso su solemne triduo a su Titular con las medidas de seguridad sanitaria que exige la actual situación de pandemia y que ha impedido, entre otros actos, el tradicional revoloteo de banderas en el domingo de su Fiesta Principal de Estatutos. Una celebración condicionada por la distancia en una hermandad que es precisamente, todo lo contrario: apego, cariño y unión bajo el cayado de María.
En estos días se ha rezado por las víctimas del coronavirus y se ha rogado por el fin de una crisis sanitaria que ahora repunta con el inicio del otoño. Como Patrona Nacional del Deporte, los principales clubes de la ciudad de Jaén han acudido durante el triduo para cumplir con la tradicional ofrenda floral en el inicio de una temporada también incierta para los deportistas. Nadie ha querido faltar a su cita con la Pastora en un año tan especial, por el 425 aniversario fundacional de la Cofradía de los Pastores, que se ha deslucido por causas de fuerza mayor que impedirán verla en las calles, pero que no es obstáculo para su encuentro en la intimidad de la oración.
Fotografías: José M. Anguita