El Seminario Diocesano de Jaén ha acogido recientemente la jornada de formación permanente del clero, que se celebra periódicamente en la diócesis. El tema, de acuerdo con el plan de pastoral de la diócesis, que recoge también las sugerencias del Papa Benedicto XVI, era la el método de oración denominado «lectio divina», tanto en la práctica en la vida de los presbíteros personal y comunitariamente, como en su ejercicio en la pastoral con laicos. Esta jornada, convocada por la Delegación Episcopal del Clero que dirige el sacerdote D. Francisco Javier Díaz Lorite, comenzaba con la hora intermedia. Tras unas breves palabras del Sr. Obispo y la presentación del ponente, comenzaba la conferencia impartida por D. Florencio Abajo, actual director de la Casa de la Biblia, que está colaborando en la puesta en práctica de este método de oración de la lectio divina en muchos grupos y diócesis.
Durante la primera parte de su conferencia, Abajo hizo hincapié en la importancia de la Palabra de Dios en la Iglesia y en la vida y misión del sacerdote. Tras un breve descanso, el director de la Casa de la Biblia continuó hablando de la lectio divina como forma privilegiada de encuentro orante con la Palabra.
“La Lectio divina es un itinerario y una metodología de acercamiento a la Palabra de Dios, de lectura, meditación, oración con la Sagrada Escritura. No es un método que estemos descubriendo ahora. Es un método que tiene su momento de auge en la Edad Media, en los monasterios. Pero sobre todo, en los últimos 45 ó 50 años, desde el Concilio Vaticano II, pues se ha ido abriendo, desde la insistencia del propio Concilio, a la vida y a la misión de la Iglesia. De modo que hoy en día es un itinerario que es muy recomendable para todo el pueblo de Dios, para todos los fieles cristianos y, de forma particular, evidentemente, para aquellos que tenemos encomendada la misión de anunciar la Palabra: los sacerdotes, los religiosos, los catequistas. Es decir, todos los que tenemos una tarea vinculada al ministerio de la Palabra de Dios”, explicaba Abajo.
“La lectio divina tiene unos pasos: la lectura del texto; el estudio de la Palabra; la meditación, es decir, la actualización; y, finalmente, la oración. Habrá que ver cómo esto se concreta y se ve en los momentos adecuados, con las circunstancias propias, para que esta metodología pueda entrar a formar parte de la dinámica propia de los sacerdotes, de los catequistas o de un grupo de lectura creyente en una parroquia. Por ejemplo, en los sacerdotes sería muy interesante, que si tienen semanalmente o quincenalmente una reunión por arciprestazgos pudieran dedicar una hora o una hora y media a leer el Evangelio del domingo y a tener un rato de oración, de lectio divina con ese Evangelio. Pero, caben muchísimas posibilidades. Es un itinerario muy sencillo, que se puede ajustar muy bien a cada circunstancia y a los distintos momentos y a la vida que cada uno va llevando. No es algo exclusivo para un monje retirado en un monasterio”, continuaba.
Tras la conferencia se ofreció un turno de debate y diálogo. Asimismo, Abajo presentó tres formas concretas de lleva a cabo la lectio divina, así como algunos ejemplos de cómo se está desarrollando en grupos de sacerdotes y en algunas Diócesis. A continuación, y para finalizar la mañana, se celebró una comida fraternal.
Ya por la tarde, el encuentro continuaba con un ejercicio de lectio divina comunitaria, en torno al texto del hijo pródigo. La jornada culminaba tras la puesta en común de algunas sugerencias para la pastoral de la lectio divina entre sacerdotes, con laicos y en la pastoral diocesana. A fin de facilitar la asistencia de todos los sacerdotes de la diócesis, el pasado noviembre ya se celebró otro encuentro similar en la ciudad de Úbeda para los sacerdotes de la zona este de la diócesis.