El próximo mes de septiembre se abrirá de nuevo al culto la capilla
de Jesús Nazareno de Martos. Un edificio del siglo XVII, mandado
construir por el capitán Escovedo, junto a la iglesia de Santa Marta,
que ha sido sometido a un profundo proceso de restauración.

El arquitecto Santiago Quesada, responsable de la intervención,  ha
conservado todos los elementos originales del edificio barroco y
regenerado la techumbre de madera que estaba colapsada.

“La capilla
—explica el arquitecto— estaba en muy mal estado de conservación y
mantenimiento, y en agosto de 2008 colapsó. Se le hundió el techo porque
tenía una patología bastante grave en los cimientos, porque cuando se
construyó, uno de los muros lo apoyaron en un pavimento romano, de
mármol negro, y falló”. Esa patología constructiva de origen le provocó
unas grandes grietas en sus muros que propiciaron la entrada de agua lo
que derivó, a su vez, en otros males.
restauración.

Santiago Quesada
ha sometido al edificio a una restauración integral, pero manteniendo
todos los elementos arquitectónicos originales. “No hemos querido hacer
una capilla nueva —subraya el arquitecto—, sino consolidar todos los
elementos que existían y que forman parte del patrimonio. Hemos
conservado y reparado los materiales existentes, apoyándonos para ello
en las nuevas tecnologías.

Se han conservado las grietas, porque son
como cicatrices en el edificio, una marca del tiempo”. Santiago Quesada
comenta que la cúpula de la capilla fue pintada por Antonio Reinoso,
discípulo de Alonso Cano. Pero durante el proceso de restauración se ha
puesto de manifiesto que hubo otras intervenciones posteriores de
diferentes autores.