Ayer, 22 de septiembre, se celebraba la Fiesta Principal Estatutaria en honor a la Divina Pastora de las Almas de Jaén, en la Basílica Menor de San Ildefonso de la capital jiennense. Una solemne Eucaristía presidida por nuestro Obispo, Don Sebastián Chico Martínez. Previamente, la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Divina Pastora de las Almas de Jaén, recibía, con ilusión y alegría, a Don Sebastián en la Sacristía, donde pudieron saludarlo cordialmente. Asimismo, la Hermana Mayor le mostró, para su veneración, la imagen miniaturizada de la Divina Pastora y el Presidente le impuso la medalla de la Hermandad.
Don Sebastián comenzaba su homilía recordando que se reunían, “en este domingo, día del Señor, para culminar los cultos conmemorativos de la celebración de la Santísima Virgen María bajo la advocación de la Divina Pastora de las Almas, devoción profundamente arraigada en nuestra ciudad de Jaén”. Además, el Prelado quiso subrayar la Divina Pastora como una figura particularmente significativa, que simboliza su papel de mediadora e intercesora ante Dios. “En esta advocación, se destaca su rol activo de cuidado, protección y dirección, ante nuestras necesidades y dificultades. María es la que nos reúne, la que no permite que nos perdamos en el desierto de la vida, sino que nos conduce hacia el redil seguro del amor de Dios”. Para añadir: “Ella, que nos cuida con amor maternal, nos guía como lo haría una buena pastora. Nos enseña a tener una oración humilde, a reconocer nuestras necesidades y a confiar en la voluntad de Dios”.
Asimismo, el Obispo quiso dirigirse a los cofrades, allí presentes, para recordarles que “ser cofrade no es solo participar en las procesiones o en los actos de culto, es asumir un compromiso profundo con la fe. Hoy más que nunca, la Iglesia necesita testigos auténticos, personas que vivan su fe con convicción y alegría. La Divina Pastora os llama a ser esos testigos, a llevar la esperanza a los corazones que están alejados de Dios, a ser mensajeros de paz en un mundo que a menudo está lleno de conflictos y divisiones. Cada uno de vosotros tiene un papel importante en la evangelización, y juntos, como cofradía, podéis ser una fuerza de renovación y de testimonio en la comunidad”. Y concluía: “No tengáis miedo de asumir este reto con valentía, sabiendo que, como pastora amorosa, María os guía y protege en este camino. Que vuestro trabajo y vuestra fe sean siempre luz para los demás, y que, bajo la protección de la Divina Pastora, sigáis construyendo una Iglesia viva, comprometida y llena de amor”.
La celebración culminaba con las tradicionales fotos de familia y el homenaje a al fotógrafo Manuel J. Quesada Titos, por la imagen del cartel de fiestas de este año de 2024.