La Cocina Comunitaria ubicada en el centro que Cáritas posee en el casco antiguo, a las espaldas del convento de Santa Clara, ha iniciado su actividad, con la asistencia de algunas de las quince familias participantes, los voluntarios y los presidentes de las Cáritas Diocesana, Rafael López Sidro, e Interparroquial, Alfonso Alcalde Diosdado. La Agrupación de Cofradías de Jaén, a través de su vocalía de Caridad, también colaborará en este proyecto que pretende proporcionar asistencia alimentaria a familias que no dispongan de recursos suficientes o que presenten dificultades en el desarrollo de capacidades y autonomía.
La idea principal es que sean las propias familias quienes participen en la elaboración de la comida y todas las actividades relacionadas en la preparación (realizar menús, compras, cocina, limpieza y reparto). Siempre coordinado y apoyado por un equipo de voluntarios. En principio, el proyecto estaría dirigido a un número reducido de familias, en torno a unas 15, aunque en el futuro se podría ampliar en función del desarrollo del mismo. Asimismo, también se dirige a personas dependientes con escasez de recursos (a quienes se les llevaría la comida a casa), con el fin de propiciar y fomentar la solidaridad y altruismo entre los participantes.
Para el presidente de Cáritas Interparroquial, con este proyecto, “también se pretende, que la Cocina Comunitaria se convierta en un espacio de comunidad, acogida y encuentro, de formación (economía doméstica, habilidades sociales, emocionales), de autocuidado y autoayuda (redes de apoyo), y sobre todo solidaridad, misericordia y caridad”.
Las familias participantes con el apoyo y supervisión de los voluntarios comenzarán en estos días con la formación básica en cocina, manipulación de alimentos y economía doméstica. La idea principal es que sean las familias quienes participen activamente en la elaboración de la comida y todas las actividades derivadas de ésta, como elaboración de menús, compra de alimentos y búsqueda de ofertas en mercado, elaboración comida, limpieza, y reparto y cada semana rotarán en la actividad. Todos los grupos estarán apoyados y supervisados por voluntarios de Cáritas. Una vez elaborados dichos menús, las familias recogerán los alimentos preparados y serán ellos mismos quienes se los lleven a su hogar. Y el equipo encargado de reparto lo llevará al domicilio de aquellas personas dependientes que se encuentren en una situación de pobreza (estas personas necesitarán derivación de su Cáritas Parroquial).
Dicho proyecto está concebido como un recurso de ayuda a familias para ser más eficaces en la preservación familiar, incluyendo la educación a sus hijos, formación en cocina a madres y padres, fomentando la participación y voluntariado. Este nuevo recurso se puede definir como la herramienta de enganche donde las familias participan activamente con los voluntarios. En el funcionamiento del comedor prima el componente educativo, sin obviar el valor que proporcionan una alimentación equilibrada, todo ello enmarcado en un entorno agradable en que todos aportan y reciben participando activamente en la gestión del mismo. Es por ello que paralelamente a la actividad de Cocina se planificarán actividades formativas a propuesta de las familias participantes y voluntarios, así como necesidades detectadas por Técnicas de Cáritas y Voluntarios.