«Una invocación a Cristo y a María a través de una colección de pequeñas postales» que fueron recorriendo cada una de las hermandades de gloria de Jaén. Es lo que hizo ayer José García García, cofrade de la Hermandad del Rocío, que pronunció el Pregón de Gloria en el Nuevo Teatro Infanta Leonor de la capital.
Antes de subirse al escenario, García apuntaba que, como todo pregón, con el que pronunció ayer perseguía «el propósito de llamar la atención, de despertar los ánimos, recordar que estamos en tiempo de resurrección y pasar revista animosa a las trece hermandades de gloria de Jaén». El pregonero insistía en que no quería destacar especialmente ninguna de ellas, ni siquiera a la que él pertenece, ya que se trataba de exaltar en su conjunto el tiempo de gloria que ha llegado después de la Semana Santa.
Respecto a la diferencia entre las cofradías de pasión y las de gloria, José García apuntaba que, «además de que estéticamente suelen presentar formas distintas, la Semana Santa está caracterizada por la densidad, ya que en pocos días todas las cofradías salen a la calle, mientras que las romerías de las de gloria son más espaciadas en el tiempo». En cualquier caso, dijo, «estamos hablando de cristianos y de fe, eso tiene que estar presente en ambos casos», recalcó.
José García García es maestro y catedrático de instituto, vinculado desde muy pequeño al mundo cofrade, debiéndole dicha pasión y afecto a su padre, Juan García. El acto de ayer comenzó con la actuación de la Sociedad Filarmónica de Jaén antigua banda de música Reina de la Amargura, que deleitó al público del teatro con cuatro composiciones musicales de Gloria; concretamente fueron “Cordero de Dios“; “Virgen del Carmen“; “La Pilarica” y finalizaron con “Triunfal“.
A continuación, José García fue presentado por el pregonero del año anterior, Juan Francisco Ramírez, que exaltó las cualidades de este cofrade y el sentimiento que le avala para pregonar el tiempo de gloria.
Sin duda Don José es una de las mejores estilográficas de nuestra cuidad. Con una prosa delicada, sin barroquismos innecesarios propios del mundo “capillita”, sin retorneados ue no sirven para nada y de las que se adornan muchos cuando no se tiene mucho que decir. Don José es otro pregonero distinto. Habla sencillo, aunque con letra rica en matices, colorido, sentimiento y mucha fe. Se usa muchas veces el título ese de “cofrade de pro”, dado por los detentadores de carnets de verdaderos cofrades; a Don josé no le hace falta. Él, y quienes lo conocemos, sabemos que lo es, pero ante todo es un gran cristiano, que da testimonio ya sea con su escritura, con su vida y con su mesura a a la hora de exponer cualquier razonamiento. Es de esas personas que cuando hablan se te cae la baba, coloquialmente hablando, con cuya sonrisa bonachona desarma al más “malahe”. En suma: un gran cristiano, persona y cofrade. Un honor para los jiennenses tenerlo en nuestras hermandades, en nuestro mundo. Gracias, Don José.