En la casa de espiritualidad de Santa María de los Apóstoles de Jaén, los miembros de la Sagrada Familia de Burdeos, así como amigos y colaboradores, se reunieron para celebrar con gran alegría el ciento cincuenta aniversario de la muerte de su fundador. Se celebró más que la muerte, su vida, su obra y el paso a la vida definitiva junto a Jesús, María y José.
Pedro Bienvenido Noailles, sacerdote santo, fue declarado “Venerable” en 1.988 por Juan Pablo II. Nació en Burdeos en 1.793 en el seno de una familia unida y numerosa. Dios se hizo presente en su vida, escuchó su llamada y se preparó para la vida sacerdotal en el Seminario de Issy, cerca de París. Se sintió atraído por la Sagrada Familia de Nazaret, “dulce imagen de la Trinidad” y en el diálogo con Jesús, María y José va concretando su experiencia de Dios. Poco a poco fue descubriendo la esencia de su identidad cristiana, que resume la célebre frase: “Buscar a solo Dios en todas las cosas como Jesús, María y José”, este es el núcleo sobre el que se fundamenta el crisma fundador.
Tras haber celebrado el pasado, en este encuentro la Sagrada Familia de Burdeos desea celebrar el “presente” lleno de vida y el “futuro” pleno de esperanza.
El encuentro comenzó con una cálida acogida y la bienvenida a todos los participantes, en ella se señalaba como esta es una oportunidad para reavivar la gracia recibida, para revitalizar el Carisma. Tiempo de gracia y de renovación, llamada a entrar en el corazón del mensaje evangélico a través del Fundador. Hoy el Carisma está vivo. El proyecto de Pedro Bienvenido Noailles vive y la gracia que él recibió está presente a través de las vocaciones diferentes en la Iglesia con un fuerte compromiso en la evangelización del mundo siguiendo la vida de la Sagrada Familia mediante una profunda unión en su diversidad.
Haciendo uso de lo que Juan Pablo II llamaba nuevos lenguajes al referirse a la Nueva Evangelización, se presentó con un maravilloso y profundo power-point el “Presente”de la Asociación. Hoy con el espíritu de solo Dios, espíritu de familia, ciento cincuenta años después las diferentes vocaciones (religiosas apostólicas y contemplativas, mujeres consagradas seculares, personas casadas solteras, jóvenes, sacerdotes) continúan su obra, siguen comunicando vida enraizada en la cultura. Como ramas injertadas en un mismo árbol, con la misma savia, con un miso espíritu anuncian al mundo la Buena Noticia
de la familia y la gloria a solo Dios. La Sagrada Familia de Burdeos está presente en África, América, Asia y Europa. En España se encuentran en diferentes comunidades autónomas y en Andalucía en Almería, Jaén y Málaga. Concretamente en nuestra diócesis
jiennense en Alcalá la Real, Jaén y La Carolina, trabajando en las distintas actividades pastorales de las parroquias, colaborando en diversos proyectos, siendo una nota distintiva su compromiso con los más desfavorecidos como lo fue en Pedro Bienvenido desde sus inicios como pastor bueno.
Posteriormente hubo unas enriquecedoras y profundas intervenciones de los participantes para dar respuesta a la pregunta ¿Cómo estás viviendo la comunión? Y cabe destacar entre ellas que se es feliz al estar en comunión con Dios y con los hermanos.
La segunda reflexión como anteriormente citábamos, fue sobre el “Futuro”. Lo miembros de la Sagrada Familia como seguidores de un gran sueño, forman una sola familia con un mismo espíritu. Este proyecto anima hoy a encontrarse con la palabra de Dios, a escuchar su voluntad , a abrir nuevos caminos, a apostar por lo nuevo, a seguir adelante viviendo el amor, haciendo el bien como Jesús de Nazaret, siendo continuadores de la misión , constructores del reino hoy.
Tras estos momentos de reflexión y diálogo nos congregamos en torno al altar del Señor para celebrar la eucaristía que presidió nuestro Obispo D. Ramón del Hoyo López y en la que concelebraron varios sacerdotes diocesanos y de Albacete.
El Sr. Obispo tras saludar a los hermanos sacerdotes, manifestó como la Iglesia de Jaén se une a esta acción de gracias a Dios por este hombre bueno, este buen padre, sacerdote humilde, obrero fiel que cumplió bien su jornada. Así mismo destacó de Pedro Bienvenido su fuerte personalidad, su gran corazón, su espíritu profundo, así como su devoción a la Virgen y su amor a todos. Su carisma –continuó D. Ramón- sigue vivo en nuestra diócesis en las diferentes comunidades y su testamento, vivir en familia, hoy es una gran familia integrada por distintas vocaciones. Con un ágape fraterno y una buena convivencia finalizó el encuentro.