Había algo en lo que coincidían ayer muchos de los que se acercaron al Cerro de Santa Catalina para disfrutar del día de romería en honor de la santa patrona de la ciudad. Y no era otra cosa que la sorpresa por el gran número de jienenses que participaron tanto en los actos religiosos, como en el apartado festivo de la celebración. El sol y la agradable temperatura fueron sin duda los grandes aliados de este día festivo, hasta el punto de conseguir que el Cerro y el entorno del Castillo presentasen una imagen que hacía muchos años que no se contemplaba.
Desde bien temprano todo estaba preparado para una larga jornada en torno a esta tradición tan arraigada en la capital. Bien temprano comenzaba el ir y venir de jienenses que encaminaban los barrios altos de la ciudad en dirección al Castillo de Santa Catalina y sus alrededores. Es una de las costumbres que aún mantienen muchos, prepararse unos bocadillos y unas bebidas y recorrer andando el empinado trecho hasta la fortaleza jienense. Otros en cambio optaron por el transporte público, sobre todo los jienenses más mayores, y aquellos que iban acompañados de niños pequeños. A las diez de la mañana los puestos y bares habilitados en el Cerro y en la explanada del Castillo comenzaban a funcionar, de cara a una jornada intensa.
Mientras tanto, a eso de las diez de la mañana, se iniciaba el desfile de Santa Catalina, cuyo paso, adornado con flores blancas (crisantemos, rosas, etc.) se preparaba para algo más de dos horas de recorrido en dirección a la fortaleza que corona la capital de Jaén. Cada vez eran más los jienenses que esperaban la llegada de la venerada imagen, y aprovechaban para recorrer el patio de armas del Castillo, realizar el recorrido hacia la popular cruz, etc.
Pasadas las 12.30 horas, la imagen, portada por algunos de sus cofrades, entraba en la explanada, escoltada además por representantes de la Agrupación de Cofradías, representantes de otras hermandades de Pasión y Gloria, además de una amplia representación del equipo de gobierno municipal. En ese momento estaba prevista una misa, que pondría fin a los actos religiosos de la cofradía jienense.
A partir de ahí todo fue júbilo y ambiente festivo. El sol y la buena temperatura arroparon a los centenares de jienenses que disfrutaron de la oferta de los bares o bien de las meriendas preparadas previamente. Fue sin duda un día de Santa Catalina que hizo recordar el ambiente de antaño.