“Podrán venir modas, pero no quememos las naves que nos han traído hasta aquí, no perdamos la esencia”. Así apeló el pregonero de la Semana Santa de Jaén 2014, Inocente Cuesta Lendínez, a los cofrades y a las hermandades. Durante una hora y 6 minutos de pregón, el que fuera presidente de la Agrupación de Cofradías de Jaén fue fiel a lo que había anunciado en su entrevista a Pasión en Jaén, con un pregón sin poesía en el que había mensajes y conceptos directos a quienes a día de hoy forman parte de las hermandades y también a la Iglesia doméstica.
En un Teatro Infanta Leonor en el que solo la mitad de las butacas se encontraban ocupadas, dio comienzo el acto con el rezo del Ángelus y la actuación de la Banda Municipal de Música, que interpretó “Cristo de la Expiración”, “Mater Mea”, y “Ave María” que contó con la colaboración del tenor jiennense Miguel Ángel Ruiz. Tras los sones cofrades fue el turno del presentador, el anterior pregonero y deán de la Catedral, Francisco Juan Martínez Rojas, quien hizo un esbozo profesional y cofrade de Inocente Cuesta.
Y entonces llegó el turno del pregonero, fiel a su personalidad, realizó en la primera parte un relato de la Pasión según los Evangelios y cómo se representan los distintos pasajes por parte de las Hermandades de Jaén. Un recorrido al que sumó las cofradías de El Cautivo y de la Caridad, que todavía no procesionan en la Semana Santa jaenera.
Sin embargo, el verdadero pregón se inició en la segunda parte, en la que el pregonero tiró de sinceridad y experiencia para hacer pública su visión del llamado “mundo cofrade” al que pidió que no pierda su esencia, que se deje de controversias y disputas, y que no queme las naves que nos han traído esta tradición hasta aquí. En este sentido, reconoció que adaptarse a los tiempos y a las modas no significa borrar lo anterior, y animó a las nuevas hermandades a buscar nuevos cofrades “no los mismos en todos los sitios”, especialmente, en sus barrios.
Otro de los mensajes llamativos del pregón fue la alusión a la necesidad de que en nuestras procesiones haya “más vela y menos vara”, y pidió a quienes ocupan o han ocupado cargos en las hermandades “que sepan irse quedándose”, o lo que es lo mismo, dejar paso a los que vienen, manteniéndose apegados a su hermandad en el sitio que el momento les otorgue.
Confesado expiracionista, Inocente Cuesta no entró en vivencias personales ni sentimentales, si bien, destacó las amistades que ha encontrado en las hermandades en las tres décadas que ha estado en primera línea, bien en su hermandad o en la Agrupación de Cofradías, y reconoció la evolución que en este tiempo ha experimentado nuestra Semana Santa, especialmente en los cultos de Cuaresma.
Por último, el pregonero levantó los aplausos del patio de butacas al referirse la Catedral. “Todos queremos, y yo el primero, que la Catedral de Jaén sea declarada Patrimonio de la Humanidad, pero también queremos, y yo el primero, que al menos una semana al año, la Catedral sea patrimonio de los cofrades de Jaén”, subrayó.