Ramón Guixá ha presentado su libro bajo el título “Están clavadas dos Cruces”, con clara alusión a las cruces del Cristo de la Buena Muerte y del Cristo de la Expiración. De hecho, ambos crucificados protagonizan la portada de una publicación en la que Guixá hace un recorrido sobre sus vivencias cofrades jaeneras, aunque el propio autor califica su obra como “no puramente cofrade” y en la que rememora un Jaén perdido desde las décadas de los cincuenta hasta los últimos años del pasado siglo.
Personalidades como Manuel Cañones -a quien está dedicado el libro-, Luis Escalona, Francisco Juan Martínez Rojas, José Melgares, Eduardo Aniceto López Aranda -que ha realizado la presentación del libro-, entre otros, y su relación y vivencias con el autor, componen los dieciocho capítulos de la obra.
Cabe destacar el capítulo titulado “Floreciendo los lirios” en el que glosa su amor y devoción al Cristo de la Expiración, donde relata unas vivencias que le abrieron su devenir cofrade. La portada se ilustra con una fotografía del archivo de la Hermandad de la Expiración en la que el Cristo de la Expiración, en su paso procesional, pasa ante la Capilla del Cristo de la Buena Muerte, en la procesión extraordinaria que se celebró en mayo de 1988 con motivo del primer centenario pasionista de la Corporación del Jueves Santo.
El prólogo ha correspondido a Manuel López Pérez, que lo titula “A manera de prologuillo”, en el que sugiere su lectura para comprender que los recuerdos no pueblan nuestra soledad, sino que la hacen más profunda.