La Hermandad del Rocío ha comenzado el largo camino que separa a Jaén de la Blanca Paloma con la mirada puesta en la madrugada del Lunes de Pentecostés. Después de la tradicional Misa de Romeros, el Simpecado de la hermandad rociera de Jaén fue entronizado en la carreta de plata para pasear por las calles de Jaén y despedirse de la ciudad con las paradas obligadas en Cristo Rey, San Ildefonso y el Santuario Camarín de Jesús. Un año más, uno de los momentos más especiales se produjo en el encuentro entre el Simpecado y María Santísima de la Estrella que se encontraba en Rosario Vespertino. Muy cerca de la Catedral se produjo la magia mientras la Agrupación Musical Nuestra Padre Jesús de la Piedad interpretaba la salve rociera.
Tamboriles y flautas rocieras pusieron la música en una tarde de primavera a la que se fueron sumando jiennenses para acompañar y hacer los primeros pasos de una peregrinación de más de una semana de emociones, vivencias, oraciones y salves.
Fotografías: José M. Anguita