El Santísimo Cristo de la Expiración fue, en la tarde de ayer, la imagen protagonista del tradicional y solemne Vía Crucis que, como cada año, organiza la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la ciudad de Jaén y que sirve como inauguración y pistoletazo de salida a la cuaresma que, finalmente, desembocará en la Semana Santa.
Ante una multitud de cofrades, devotos y curiosos que no dejaron sola a la bella imagen, y a hombros de sus costaleros tan sobriamente uniformados, salió el crucificado de la hermandad expiracionista con rumbo a la Santa Iglesia Catedral, donde aguardaban el resto de cofradías de la capital y el señor obispo de Jaén.
Tras una eucaristía llena de olor cofrade en la que D. Ramón del Hoyo insistió en hacer valer el valor cristiano con esta celebración y tras imponer la ceniza a los asistentes, se abrió la puerta del Perdón del templo catedralicio, por la que hizo aparición el crucificado más vivo de nuestra ciudad para comenzar así con el solemne Vía Crucis.
La plaza de Santa María fue testigo directo de la tercera vez que esta gran talla presidía el Vía Crucis. La primera fue allá por los años cincuenta.
Cabe destacar, dentro del itinerario, la parada frente a la basílica menor de San Ildefonso, en donde estuvo custodiada la imagen durante la invasión francesa. Durante las paradas del solemne Vía Crucis, cada hermandad de pasión leyó uno de los pasajes correspondientes a la estación del momento.
Finalizado el recorrido por el centro de la capital, en donde estuvo acompañado por multitud de personas, la imagen regresó a su sede canónica, la iglesia de San Bartolomé, donde la talla ya espera ansiosa sus actos más destacados y la entronización en su paso procesional, para finalmente proceder a su salida procesional el próximo Jueves Santo.
Decir que la Imagen del Santísimo Cristo de la Expiracíon, sí entró a la Basilica Menor de San Ildefonso, hasta el altar mayor, donde se leyó la Estación correspondiente.
Un momento histórico la entrada del Stmo. Cristo de la Expiración a la Basílica Menor de San Ildefonso y que quedó reflejado en cientos de fotografías que se dispararon. Una tarde-noche muy especial para todos los cofrades expiracionistas.