Vuelve a cumplirse el rito. Como cada Cuaresma, el tiempo de la oración, el ayuno y la limosna comienza en Cristo Rey con el Silencio, el mejor lenguaje para hablar con el alma. El Santísimo Cristo de la Humildad ha vuelto a ocupar el austero altar de cultos de la hermandad para celebrar su Triduo. Una imagen que sobrecoge y que invita a una conversación sincera con el Crucificado que con su muerte da vida eterna.
Fotografías: José M. Anguita