Con la festividad del Corpus Christi la ciudad alfombra su asfalto y sus aceras al paso de Jesús Sacramentado. También las hermandades se vuelcan en aparatos de culto efímeros con los que rescatar todo un rosario de simbologías religiosas en las que atrapar al espectador que se acerca a estos altares durante la mañana.
Esta vez la Cofradía del Señor Resucitado y María Santísima de la Victoria se alzaba con el premio del concurso organizado por la Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza. Mediante la representación del triunfo de la Eucaristía en una gran custodia, el altar exponía dos pinturas de Adán y Eva junto a dos tallas que aludían a la venida de Jesús como Nuevo Adán y Redentor del mundo, y María como Nueva Eva y corredentora de la salvación de su Hijo.