Con el deseo y el sueño puesto en una Maddrugada sin fecha, el grupo parroquial del Gran Poder celebró eñ Triduo a sus Titulares con el esplendor que merecen Jesús y María. La parroquia de la Santa Cruz desprende cada vez más el aroma cofrade habitual del centro de la ciudad y que, poco a poco, también cautiva en los barrios más alejados del centro.
Fotografías: Manuel J. Quesada Titos