En el mundo cofrade de la capital es ya un secreto a voces. Las hermandades de San Juan y de La Magdalena han sido intervenidas por el Obispado por diversas irregularidades detectadas. Mientras se resuelve la situación serán dirigidas por José Paulano, presidente de la Agrupación de Cofradías.
La Cofradía del Cristo de la Clemencia, del barrio de La Magdalena, y la Congregación del Santo Sepulcro, de San Juan, han sido intervenidas esta semana por el Obispado. Esto significa que se “descabeza” a los colectivos de su líder visible, el hermano mayor, y su dirección corre ahora a cargo de un comisario designado ex profeso, en este caso, José Paulano, presidente de la Agrupación de Hermandades de la capital.
La intervención es una medida drástica y que el Obispado pone en marcha solo como último recurso, después de agotar todas las vías de diálogo, según fuentes episcopales. En el caso de La Magdalena, el motivo parece claro: “Se ha cumplido el mandato de la hermana mayor, así que se va a hacer un proceso electoral y nombrar uno nuevo”, explica Paulano, que “tutelará” los comicios para que cumplan con todas las garantías y se organicen cuanto antes. “Se tenían que haber celebrado en diciembre”, añade el comisario, que reconoce que este “retraso” es la principal causa de intervención. Encarnación Martínez, hermana mayor de La Clemencia hasta hace unos días, declinó hacer declaraciones sobre este asunto.
Más complicado se presenta, a simple vista, el caso de del Santo Sepulcro. Paulano también se encargará de agilizar los trámites y de celebrar unas elecciones anticipadas en las que se elegirá al sucesor de Joaquín Sánchez Estrella, el último gobernador de la congregación. Sin embargo, las razones de la intervención quedan más en el aire: “Algunas personas de la junta de gobierno dimitieron por discrepancias con la gestión, así que hace falta realizar un seguimiento”, comentó Paulano. Ese malestar de parte de la cofradía encontró un foco incendiario durante la última procesión de Semana Santa, en la que las imágenes salieron a la calle a pesar de los partes meteorológicos adversos y la oposición de muchos hermanos. El resultado fue el daño en la policromía de las tallas reconocido por Sánchez Estrella, que llegó a pedir presupuesto al restaurador Jacinto Linares para arreglarlas. “Ese mal rato que pasamos los cofrades habrá influido en algunos”, concede el comisario Paulano. Sánchez Estrella prefirió “mantener silencio”. Al menos, de momento.
¿Sanchez Estrella mantiene silencio? Que raro, con lo que le gusta a este hombre dar la cara…
Como se puede pensar en un en cualquier restaurador para unas tallas del siglo XVI, en todo caso este hombre debió pensar primero en recurir a Instituto Historico de Patrimonio andaluz. Normal en el pensamiento de este hombre.
Y respecto a la Cofradía de la Magdalena el asunto es mas profundo y delicado.
Y respecto a las no declaraciones de Dª Encarnación tiene mas que callar que hablar, así que está mejor calladita, que cada vez que habla sube el pan y empeora mas las cosas.
Además es mejor que caye para asi no meterse en problemas.