Ayer día 13 de septiembre, el grupo Parroquial de la Redención dio un paso en su caminar con la presentación de su nuevo escudo. El trabajo y diseño del escudo ha sido realizado por Álvaro Abril Vela, a quién el grupo agradece su gran diseño y el trabajo realizado, congratulándose porque el resultado ha sido un éxito. La Redención espera con ganas, y desea que sea pronto, el momento en el que este nuevo escudo se pueda ver en sus futuros enseres o guiones.
A continuación exponemos la descripción del escudo suministrada por el propio grupo, así como unas reseñas históricas:
El diseño busca la innovación en la formas de este tipo de trabajos y se enmarca en un estilo neobarroco, siendo totalmente simétrico y quedando todos los elementos unidos por una ornamentación vegetal de mencionado estilo y por una filacteria con la frase “REGINA COELORUM ORA PRO NOBIS”.
El escudo se centra en una cruz arbórea radiada por un haz de luz en alusión al sol. Sobre la cruz se superpone el anagrama mariano coronado y escoltado en su base por la media luna y un ramo de azucenas, quedando así representada la advocación de la titular mariana, María Santísima Reina de los Cielos, representada por los símbolos que San Juan narra en su Apocalipsis sobre la Inmaculada concepción y timbrando su Dulce Nombre con corona real como Reina de los Cielos. La cruz aparece de fondo como principal símbolo del cristiano y aportando el pasaje evangélico que este grupo representa con la entrega del madero al hijo de Dios.
A ambos lados flanqueando el motivo central se encuentran dos cartelas con contenido meramente teológico en cuanto a la advocación de la Redención de Nuestro Señor Jesucristo, a la izquierda el Crismón y su derecha el Cáliz de redención.
Cuenta Eusebio de Cesarea, Obispo y Padre de la Iglesia del s. IV, que el emperador Constantino el Grande, la noche anterior a enfrentarse con Majencio en la que iba a ser la batalla decisiva por el trono romano, tuvo una visión, en la que se le apareció este anagrama con una leyenda en la que podía leerse, en caracteres griegos, la expresión que hoy conocemos en su versión latina: in hoc signo vinces (con esta señal vencerás). Constantino ordenó colocar el anagrama en todos los estandartes de su ejército y obtuvo la victoria en la famosa batalla del Puente Milvio. En agradecimiento permitió el libre culto del cristianismo. Desde este momento, encontramos reproducido el crismón en multitud de objetos de uso cotidiano.
El Cáliz: Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. (Colosenses 1, 13-14). Cristo utiliza la imagen hebrea del cáliz, que simboliza la voluntad de Dios sobre un hombre. El del Señor es un cáliz amarguísimo, que se trocará en cáliz de bendición para todos los hombres. Beber la copa de otro era en el mundo hebreo la señal de una profunda amistad y la disposición de compartir un destino común. A esta estrecha participación invita el Señor a quienes quieran seguirle. Para participar en su Resurrección gloriosa es necesario compartir con Él la Cruz, beber de su mismo cáliz.
Jesucristo hizo del dolor un medio de redención; con su dolor nos ha redimido, siempre que nosotros no rehusemos unir nuestro dolor al suyo y hacer de éste con el suyo un medio de redención. Iconográficamente este momento queda recogido por el “Lagar Místico” donde Jesús derrama su sangre en el cáliz del Ángel del Señor.