El estandarte mariano de la Cofradía del Silencio

La Hermandad del Silencio estrenará el próximo Martes Santo una nueva insignia en su cortejo procesional. Desde la llegada de María Santísima Madre de Dios y en concreto desde su primera salida procesional era patente la falta de una insignia de carácter mariano en su tramo de hermanos, una carencia que se suplirá con un estandarte de corte clásico diseñado por Rafael de Rueda.

El estandarte presenta una estructura de dos puntas y lados rectos, con unas dimensiones de 1 metro de ancho y 1,70 metros en sus lados más largos, sin contar las borlas. Sobre un fondo carmesí, destaca una pintura circular al óleo circundada por un marco en pan de oro, dorado por Rafael Barón, alrededor de la que se dispone un damero de distintos símbolos.

La pintura, al igual que las de la peana de la Virgen, es obra de Juan Ayala y está basada en un fragmento de la tabla de Nuestra Señora del Pópulo de la Santa Capilla de San Andrés (también conocida como Nuestra Señora de la Luz y Nuestra Señora de la Guía), institución que apadrinó en su bendición a Madre de Dios.

En el fragmento elegido se ve a la Virgen Madre con el Niño en brazos, con un halo de luz de importantes dimensiones rodeada de querubines. La Virgen tiene un gran manto de armiño que sostienen dos ángeles, manto que cubre y protege simbólicamente al poder religioso en uno de sus lados y en otro al poder civil. Sobre su autoría no se conoce y ha tenido varias atribuciones, entre otros, a Alberto Durero, Fray Filippo Lippi, Juan de Borgoña y más recientemente a Pedro Machuca.

Siguiendo el mismo discurso estilístico del paso de palio, el estandarte lleva alrededor una cenefa metálica dorada con elementos en filigrana en plata patinada y unos pequeños cristales en el centro de cada pieza.

El resto de elementos que rodean a la pintura central se inspiran en la saya de Nuestra Señora del Rosario de Granada, que recuerda a la vestimenta ceremonial femenina en la corte del Felipe II. De esta forma, estos elementos forman un damero con el monograma de Mater Reina, representando a la Virgen, el monograma JHS, representado al Hijo y unas estrellas en filigrana.

La insignia está rematada por una cruz de 37 centímetros con una manzana y unas piezas del siglo XVII doradas en los extremos, con piezas de filigrana plateadas con cristales, siendo el cuerpo de madera de guatambú y nogal español.

Finalmente consta de cuatro borlas con cabeza en terciopelo rojo y galleras doradas con fleco rojo y el exterior fleco dorado antiguo.

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