La tarde noche de ayer fue muy especial para la Hermandad de la Soledad, no solo porque vio la luz el número 17 de su boletín cuaresmal “Yacente y Soledad”, hecho que en los tiempos que corren cada vez es más complicado, sino también por la visita especial de la hija del maestro que supo tallar la muerte de quien nunca muere. Paz Unghetti, hija de Constantino Unghetti Álamo, autor del Santísimo Cristo Yacente, se desplazó a Jaén para hablar de “Imaginería”, pero por encima de todo, para entregar en nombre de su padre un regalo muy especial a la Cofradía que con tanto cariño ha tratado a quien fue tocado por el don divino de sacar de la madera o la piedra, la vida y la muerte de imágenes eternas. El presente fue, nada más y nada menos, que el boceto de ese Cristo muerto que cada Viernes Santo sobrecoge los corazones cofrades de Jaén.
La Cofradía, agradecida, anunció que este boceto estará en un lugar destacado de la nueva casa de hermandad. Antes, Paz Unghetti ofreció una interesante conferencia sobre la imaginería, desde los tipos de escultura o materiales, pasando por las herramientas o los métodos para conseguir la obra. Un proceso que explicó en detalle para culminar con la fase de policromía, una de las claves de la obra. “Una buena talla se puede estropear con una mala policromía, de ahí su importancia para resaltar volúmenes, expresiones…”.
En este acto, también tuvo lugar la presentación del boletín cuaresmal “Yacente y Soledad”, por parte del secretario de la Cofradía, Pedro Merino, quien se detuvo en los orígenes fundacionales de las hermandades, allá por el siglo XVI, para hacer una comparativa con lo que hoy son, e hizo un llamamiento a recuperar la base de la mismas, la confraternidad. “Hoy, las hermandades se llenan por fuera y se vacían por dentro”, comentó Pedro Merino al referirse a la primacía del cuidado estético frente a la labor caritativa o formativa.