Por Miguel Eduard Limones Martín
Ya ha finalizado la Semana Santa 2024, probablemente una de las más frías y lluviosas de los tiempos. Ha sido una semana de corazones rotos ante la imposibilidad de la mayoría de cofradías de realizar su estación de penitencia como a todas y cada una de ellas le hubiese gustado. Esta semana hemos visto calles vacías o poco transitadas, en silencio, sin música… pocas han sido las veces que hemos escuchado el golpe seco del llamador iniciando la estación de penitencia, pocas han sido las veces que hemos escuchado los redobles con un golpe de platillo, pocas han sido las saetas cantadas por la pasión y la muerte de cristo y las petaladas a las vírgenes por las calles de su barrio, incluso pocas han sido las veces que hemos dicho y escuchado ¡Viva el Abuelo! En resumen, una semana que ha sabido a poco pero que nos proporciona un deseo aún mayor a la espera de una Semana Santa próxima mucho más esperanzadora.
Comenzamos la semana con la mañana de un Domingo de Ramos mucho más cálido de lo normal que nos otorgaba la seguridad de poder ver a la Borriquilla y a la Virgen de la Paz realizar su estación de penitencia. Minutos después de realizarse la tradicional llamá que cada año da lugar a una nueva Semana Santa en Jaén. Más tarde a eso de las 4 y 10 de la tarde la cofradía de la Santa Cena cinco minutos antes de su salida suspendía su estación de penitencia dado su extenso recorrido unido a las previsiones meteorológicas, la incertidumbre y la falta de seguridad, que no impidieron que minutos más tarde las restantes hermandades que procesionaban el Domingo de Ramos salieran según lo previsto. En primer lugar la hermandad de la Estrella y más tarde a su paso por San Ildefonso tenía lugar la salida de la Oración en el huerto. En definitiva un Domingo de Ramos con un sabor agridulce, 2 de las 3 cofradías que procesionaban esa tarde pudieron realizar su estación de penitencia sin presencia de ningún tipo de fenómeno meteorológico pero a esto se unió la tristeza provocada por la suspensión de la salida de la Santa Cena.
Nos levantamos el Lunes Santo con ese sabor amargo del Domingo de Ramos y ya desde bien temprano la lluvia estaba presente, Caridad y Salud, la primera hermandad de este Lunes Santo en procesionar, a la hora de su salida anunciaba la suspensión de su estación de penitencia, pero pudo encararse a su barrio en la puerta de la iglesia mientras la banda de cornetas y tambores Gran Poder de Granada tocaba un par de marchas desde la plaza. Una hora más tarde desde la iglesia de el Salvador, la hermana mayor hacía pública la noticia, Pasión y Amargura, tampoco procesionaria este Lunes Santo y seguidamente, desde la parroquia de la Merced, la hermandad de los Estudiantes suspendía su estación de penitencia. Aún así pudimos disfrutar de los sones de la tuna desde la puerta de la iglesia.
Al día siguiente, un Martes Santo con todavía pequeñas cantidades de esperanza, la gente se agolpaba en la puerta del colegio Divino Maestro donde estaba puesto encima el sol mientras ligeramente llovía. Esta hermandad decidió llevar su paso por el interior del patio del colegio para que todos los niños y adolescentes costaleros que deseaban levantar a su Cristo, esa tarde pudieran hacerlo. Aunque fueron muchos quienes a la misma hora se encontraban en la iglesia de la Magdalena expectantes a la noticia de si la hermandad de la Clemencia procesionaría o no esta tarde de Martes Santo tan atípica. La Clemencia decidió finalmente no realizar estación de penitencia. Ya de cara a la noche, la ciudad de Jaén esperaba en Cristo Rey para recibir a la hermandad del Silencio. Ante la imposibilidad de esta de realizar su estación de penitencia se realizó un vía crucis dentro de la parroquia con las luces apagadas, solo con la iluminación de las velas de ambos pasos.
El Miércoles Santo, ya con las borrascas y la lluvia cada vez más presentes en la ciudad, nos dejaba un pleno de hermandades que habían suspendido sus estaciones de penitencia para este día, fueron pocos los que ya quedaban con ilusión en la calle este Miércoles Santo, aunque nos dejó una imagen divina, la plaza de Santa María llena ante la tardía anunciación de la noticia de que la Legión y las respectivas bandas de música que acompañaban a los pasos de la hermandad de la Buena Muerte tocarían ciertas marchas desde la lonja de la Catedral pero minutos después esto se hizo imposible y las bandas tuvieron que desistir ante la fuerte lluvia.
Durante la tarde del Jueves Santo se veía un cielo mucho más abierto con respecto a los días anteriores, todo parecía ir sobre ruedas pero la hermandad Vera Cruz decidió suspender su estación de penitencia. Los partes meteorológicos no coincidían con el cielo que se apreciaba a simple vista y en caso de lluvia la Basílica de San Ildefonso estaría en plena celebración delos Santos Oficios. Esto no afectó al resto de hermandades que realizaron su estación de penitencia según lo previsto, la ciudad de Jaén pudo disfrutar de las hermandades del Gran Poder desde Peñamefécit y la Expiración desde San Bartolomé.
Dada las previsiones de lluvia a partir de las 11 de la mañana del viernes, la cofradía de Nuestro Padre Jesús, el Abuelo, que procesiona durante la madrugada del jueves al viernes, decidió acortar su recorrido para poder pedir la venia en itinerario oficial a eso de las 7 de la mañana para poder realizar su estación de penitencia antes de las 11 de la mañana del Viernes Santo, pero todo pareció romperse cuando se tuvo en cuenta un factor que había quedado en un segundo plano durante toda esa semana: las rachas de viento y las recientes caídas de tejas y canalones en la ciudad. La secuencia de los actos que se llevaron a cabo seguidamente fueron los siguientes: Ntro. Padre Jesús se acercó al dintel de la puerta del camarín mientras sonaba una canción compuesta dedicada al Abuelo, después la Banda Sinfónica de Jaén interpretó la marcha Nuestro Padre Jesús y se rezó un Vía Crucis. Más de un millar de personas esperaban durante la madrugada en distintos puntos de la ciudad para ver a Nuestro Padre Jesús, el Abuelo, a María Santísima de los Dolores y a la Verónica.
Durante la tarde del Viernes Santo tuvieron lugar las respectivas estaciones de penitencia de las hermandades del Sepulcro y de la Soledad. La imagen de carrera oficial este Viernes Santo no era común, apenas una pequeña parte de la ciudad veía ambas procesiones.
Último día de Semana Santa 2024, Domingo de Resurrección, Ildefonso y el hermano mayor de la cofradía del Resucitado pronunciaba esas palabras que la ciudad de Jaén estaba cansada de escuchar: Cristo ha resucitado pero no podremos compartirlo por las calles de Jaén. Ya veníamos arrastrando lluvia y procesiones suspendidas en Jaén, pero no por esperarlo es menos doloroso para nosotros, afirmaba el hermano mayor.
En definitiva una semana pasada por agua que ciertamente era necesario, pero aún así es inevitable la tristeza y el desánimo al recordar una semana con apenas cofradías en la calle. Esperamos con ilusión una próxima Semana Santa llena de cofradías, músicos, costaleros y nazarenos por las calles de nuestra ciudad.
Viva Jaén y viva su Semana Santa.