Tras dos semanas de devoción, sentimientos, emociones y amor desbordado a Santa María del Alcázar en todos y cada uno de los barrios y templos de la ciudad que visitó, llegó el momento de poner el punto final a esta misión mariana que tanto bien hizo entre las gentes de Baeza y que, como no podía ser de otra manera, finalizó con un Solemne Pontifical de acción de gracias, en el templo mayor de la ciudad, presidido por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Sebastián Chico Martínez, Obispo de la diócesis de Jaén.
La Patrona de Baeza, sería recibida días antes en la S.I. Catedral de la Natividad de Nuestra Señora. Concretamente, en la noche del 26 de Mayo, el M.I. Sr. D. Rogelio de Jesús Garrido Checa y el M.I. Sr. D. Juan Quiles Clájer, miembros del Excmo. Cabildo Catedral, recibirán a la Santísima Virgen a las puertas del mismo acompañados por la junta administrativa de la S.I. Catedral y la Cofradía de la Santa Cena, quien tienen su sede en dicho templo.
Ya con la Santísima Virgen a los pies del altar mayor y ante la admiración de los baezanos, el Rvdo. Quiles Clájer, pronunció unas palabras de bienvenida a la Santísima Virgen cargadas de amor y devoción. A continuación, el Rvdo. Garrido Checa, la recibirá con la oración a la Santísima Virgen de San Juan Pablo II, finalizando con unos efusivos vivas a la Excelsa Patrona de Baeza.
El viernes día 27, las campanas del templo mayor convocarían a los baezanos a la celebración de la Santa Misa en torno a María Santísima. El Santo Sacrificio de la Santa Misa fue presidido por el Ilmo. Sr. D. Francisco Juan Martínez Rojas, Deán de la S.I. Catedral, concelebrando el Rvdo. Sr. D. Jesús Monforte Vidarte, Párroco de La Yedra. En su homilía, el Rvdo. Martínez Rojas, pidió a los presentes: “Seamos mejores hijos de Santa María del Alcázar, seamos hombres y mujeres de fe profunda y arraigada, gozosa y confesante, creíble y atractiva para los demás”. Finalizó su oratoria, con una hermosa súplica a la Madre del Alcázar, cargada de piropos y una exquisita profundidad espiritual.
Al término de la Santa Misa el Excmo. Cabildo Catedral y su junta administrativa, las parroquias de los anejos baezanos, la Cofradía de la Virgen del Carmen del Puente del Obispo, la Fundación Aliatar, el Club de lectura Baeza lee y el cuerpo de Horquilleros del Santísimo Sacramento, realizarían ofrenda a la Santísima Virgen.
Entrada la noche, las bóvedas baídas del templo catedralicio se envolverían de dulces melodías dedicadas a la Reina de La Loma dentro de los Loores a la Virgen del Alcázar. Dichas ofrendas musicales, fueron llevadas a cabo a las plantas de la Santísima Virgen a cargo de la Coral Juglares de Baeza y la Coral de San Agustín del Guadalix, de Madrid. Selecto repertorio el llevado a cabo por ambas formaciones musicales, realizando una interpretación sobresaliente, en la cual, se palpó el amor hacía la Santísima Virgen y el buen hacer de todos los componentes.
Las naves de la S.I. Catedral de la Natividad de Nuestra Señora se inundarían de fieles en la tarde del sábado 28 de mayo, para ser partícipes del Solemne Pontifical de acción de gracias del 125 aniversario de la fundación de la Real Archicofradía de Santa María del Alcázar y San Andrés Apóstol, Patronos de Baeza.
El Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Sebastián Chico Martínez, Obispo de Jaén, presidió esta celebración histórica para la iglesia de Baeza. Concelebraron junto al Sr. Obispo el Rvdo. Sr. D. Domingo Antonio Pérez Fernández, Párroco de San Andrés y Capellán de la Archicofradía Patrona, el Rvdo. Sr. D. Manuel Peláez Juárez, Arcipreste de Baeza y Párroco de San Pablo, el M.I. Sr. D. Juan Quiles Clájer, Canónico de la S.I. Catedral y Párroco de El Salvador, el Rvdo. Sr. D. Ángel Rosa, Capellán de la Academia de Guardias y Suboficiales de Baeza, Fray Luis Carlos en representación de la comunidad de Padres Carmelitas de Baeza-Úbeda, el Rvdo. Sr. D. José María Romero García, Párroco de Torreblascopedro y el Rvdo. Sr. D. Francisco Javier Cova, secretario del Sr. Obispo.
Fue una celebración hermosa, con una liturgia muy cuidada y con toda la sociedad baezana representada en la misma. Durante su homilía, Monseñor Chico Martínez, invitó a los presentes, a que: como fruto de la pascua y ante la proximidad de Pentecostés, como hombres nuevos renacidos estos días, al igual que la bendita madre dejó plenamente libertad al Espíritu Santo en su vida, dejar también que el Espíritu Santo habite en nosotros con total disposición y libertad para hacernos hombres buenos y santos. Aseguró que: los cristianos necesitamos vivir esta firme fe, capaz de superar todos los contratiempos de nuestra vida y de nuestro mundo, verdaderamente fuente de vida, punto de apoyo firme y seguro para toda clase de actividad, testimonio y compromiso de vida.
La coral polifónica ciudad de Baeza, bajo la dirección de D. Antonio Carmona Barroso ocupó la capilla musical de esta celebración, interpretando con maestría un cuidado repertorio musical.
Finalizada la Santa Misa, el Obispo de Jaén, daría el primer toque de campana del trono de Santa María del Alcázar, iniciándose así, la procesión de alabanza de la Patrona de Baeza por las calles del Nido Real de Gavilanes.
La Reina de Baeza lucía en toda su hermosura en esta tarde de primavera, donde el sol inundaba la Plaza de Santa María, mientras que las campanas del templo mayor estallaban en repiques de júbilo para anunciar a toda la ciudad que María salía de nuevo a las calles.
La banda de cornetas y tambores “Dolores del Rosario” de la ciudad, abriría el cortejo procesional, continuando la cruz alzada y tras ella los “beltranillos”, quienes con su repicar de campanitas, anunciaban el paso de la Labradora Gentil. La Medalla Milagrosa abriría el cortejo de presidencias, continuando el Grupo Parroquial de San Isidro, las diferentes Cofradías y Hermandades de la Ciudad por orden de antigüedad, los consejos locales de ANFE, ANE y la junta administrativa de la S.I. Catedral. Tras el estandarte de Nuestra Señora del Alcázar, decenas de señoras, ataviadas con la mantilla española acompañarían a la Santísima Virgen. También, en esta ocasión, lucieron por las calles de la ciudad un grupo de baezanas ataviadas con el traje típico de Baeza.
La bandera corporativa de la Archicofradía, daría paso al tramo de la Real Archicofradía, estando representados los antiguos hermanos mayores, los familiares de los ya fallecidos, la junta de gobierno, los hermanos mayores de la Hermandad de la Virgen del Alcázar de Toledo y de la Cofradía de la Virgen de Guadalupe de Úbeda y el Excmo. Sr. D. Emilio Pérez Alamán, quien ofrendara hace unos meses su fajín de Teniente General a la Santísima Virgen. El Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Sebastián Chico Martínez, acompañado del Rvdo. Sr. D. Domingo Antonio Pérez Fernández, el Rvdo. Sr. D. Ángel Rosa y el Rvdo. Sr. D. Francisco Javier Cova precederían el paso de la Santísima Virgen, portada por su cuerpo de caballeros horquilleros.
Tras el paso de la Santísima Virgen, cerraría el cortejo procesional la comisión permanente de la Agrupación Arciprestal de Cofradías y Hermandades de Baeza, el Ilmo. Sr. Coronel-Director de la Academia de Guardias y Suboficiales de Baeza, el Coronel D. Francisco Herrera Cruz, la Sra. Delegada de Salud y Familias de la Junta de Andalucía Dª Trinidad Rus Molina, el Ilmo. Sr. D. Jesús Estrella Martínez, Delegado de la gobierno en Jaén, D. Juan Ángel Padilla, Jefe de la Policía Local y la Ilma. Sra. Alcaldesa Dª María Dolores Marín Torres con la corporación municipal del Excmo. Ayuntamiento de Baeza.
La Banda de Música de Baeza, bajo la dirección de D. Juan de Dios Robles Lorite, acompañó con sus sones el paso de Santa María del Alcázar por las engalanadas calles de la ciudad hasta la Parroquia de San Andrés.
San Felipe Neri y la “Virgen niña” aguardarían el paso de la Reina de Baeza a las puertas del Colegio Filipenses. Allí, la comunidad educativa, recibía a la Virgen del Alcázar con flores y cantos. Fue un momento irrepetible, cargado de sensibilidad y dulzura.
Continuó la Virgen su peregrinar por el corazón monumental entre lluvias de glorias y flores hasta llegar a la Iglesia de Santa Cruz. Una preciosa alfombra de serrín y flores, ofrendada por el grupo joven de la Vera Cruz, condujo a la Reina de Baeza hasta las puertas del románico templo, donde Nuestra Señora de la Amargura y María Santísima de la Aurora saludaban a la que es Reina y Soberana de estas tierras. Bello momento el vivido ante las “Madres de Santa Cruz”.
El I.E.S. Santísima Trinidad de Baeza lució como nunca, para recibir a las puertas de su centro a la mayor de las docentes. Desde los balcones, los alumnos ofrecieron petaladas al paso de la Reina del Cielo, quien levantó la emoción de los presentes. La comunidad educativa allí presente, ofrendó flores a la Santísima Virgen, marcando a los presentes, la oración ofrecida a la Patrona de Baeza por parte de una profesora del centro y que a continuación se reproduce:
Virgen del Alcázar, patrona de Baeza, la comunidad educativa del IES “Santísima Trinidad” de Baeza nos sentimos honrados y agradecidos por Vuestra Ilustre Presencia ante nuestro centro.
Es la docencia, según algunos organismos internacionales, “una de las profesiones más valiosas de cualquier sociedad”. Consideran que los docentes somos personas que tenemos “el deber y la pasión de formar a las generaciones futuras y así garantizar el desarrollo de los países”.
¡Qué maravillosa profesión, pero qué difícil nos está resultando ejercerla! Y es que, Madre, estamos pasando por momentos complicados. Vivimos en una sociedad permisiva en la que parece que todo vale sin considerar las consecuencias, el daño que se puede causar a nuestros adolescentes: niños y niñas aún en pleno crecimiento, desarrollo emocional y descubrimiento del mundo que les rodea.
Nuestros adolescentes necesitan referentes en su día a día que les ayuden a descubrir el verdadero valor de la vida, que les ayuden a ser mejores cada día, a enfrentarse a las dificultades y superarlas, a ser felices, a hacer felices a los que están a su lado, y construir desde esa base un mundo en el que todos podamos convivir en armonía independientemente de las diferencias.
En nombre de todos los docentes, te ruego, Virgen Santísima, que nos hagas instrumento digno para ser ese referente sano para nuestros jóvenes. Por ello, y desde la humildad más grande, tomo las palabras de San Francisco de Asís y que:
– donde haya odio, pongamos los docentes AMOR,
– donde haya ofensas, pongamos PERDÓN,
– donde haya discordia, pongamos UNIÓN,
– donde haya error, ofrezcámosles la VERDAD,
– donde haya duda, llevémosles FE,
– donde haya desesperación, démosles ESPERANZA,
– donde haya tiniebla, pongamos LUZ,
– donde haya tristeza, seamos ALEGRÍA.
Profesores y alumnos del IES “Santísima Trinidad” de Baeza te ofrecemos juntos estas flores, Madre. En ellas van nuestro esfuerzo, nuestro trabajo, nuestro compromiso, nuestras ilusiones y ESPERANZA. Acógelos, Virgen del Alcázar, bajo Tu Manto Divino, vela por nosotros y que Tu Luz nos guíe por el buen camino.
GRACIAS, Madre.
Efigenia Yáñez Blanco, representante del profesorado del IES “Santísima Trinidad” Baeza, 28 de mayo de 2022
Tras este regalo, ofrecido por Geni Yáñez, el cual marcó a todos los presentes, Santa María del Alcázar continuó su camino por la calle San Juan de Ávila, donde la Hermandad de “Las Escuelas”, aguardaba en las puertas de su templo para recibir a la Santísima Virgen y realizar ofrenda floral.
Esta procesión de alabanza, dejó estampas para el recuerdo, como el paso de la Reina de Baeza por el centro del Paseo de la Constitución, las incesantes ofrendas de flores de los enfermos e impedidos que esperaban su paso o las petaladas y muestras de cariño de los baezanos. A ello, se sumó el calor del Sr. Obispo de la Diócesis, quien, derrochó cercanía durante todo el itinerario, saludando a los enfermos, niños y familias que salían al paso de la Virgen.
Antes de la llegada de la noche, la beltrana en repiques de alegría, anunciaba al barrio de San Andrés que la Virgen llegaba a casa. Baezanos y vecinos recibían de nuevo en la antigua colegiata a la que es el Alcázar de sus vidas, a su vecina más ilustre, que tras dos semanas de peregrinar por las calles y plazas de Baeza volvía cargada de peticiones y suplicas, pero sobre todo, desbordada por el amor y el cariño de una ciudad que abrió las puertas de sus hogares a la Reina de Baeza.
Fotografías: Pedro Narváez