Europa Press
Toneladas de cirios, hachones y otros tipos de vela salieron hace ya semanas desde la centenaria empresa Cera Bellido S.A., ubicada en Andújar (Jaén), para iluminar procesiones y cultos de la Semana Santa repartidos por toda España y que ahora el coronavirus ha obligado a suspender por lo que las miradas se sitúan en el próximo año y en la inminente falta de pedidos al no consumirse lo suministrado este año.
A falta de cerrar los datos, Manuel Bellido, uno de los miembros de la cuarta generación que en la actualidad dirige la empresa familiar, ha indicado a Europa Press que la producción de este año ha rondado los 150.000 kilos, pero con una diferencia respecto a años anteriores ya que si la producción no se consume este año y los clientes la guardan para el año que viene y eso significa que la empresa no tendrá pedidos para 2021.
En Cera Bellido trabajan 16 personas durante todo el año para surtir mayoritariamente los pedidos de la Semana Santa, una de las épocas del calendario más señaladas para el producto que trabajan, además de atender otras celebraciones como romerías, fiestas patronales o incluso el Corpus Christi que completan el grueso de su producción.
Bellido ha indicado que la prioridad ahora mismo es buscar fórmulas para salvaguardar los puestos de trabajo de sus empleados. “Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para no se vean afectados o que lo hagan en la menor medida posible”, ha señalado, al tiempo que ha reconocido la valía de todos y cada uno de sus empleados que son “verdaderos artesanos” y que contribuyen a que sus velas estén reconocidas y valoradas en toda España.
“Todo lo de este año para Semana Santa está fabricado. Más del 90 por ciento de los pedidos ya se han servido si ningún problema y ahora mismo estamos ultimando los últimos pedidos. Lo que nos preocupa es que puede pasar si no tenemos pedidos para la Semana Santa del año que viene”, ha dicho Bellido.
Otra de las preocupaciones en esta empresa es la situación de sus clientes cofrades. Bellido ha apuntado que son muchísimas cofradías y hermandades las que se han puesto en contacto con ellos “preocupados” por cómo poder almacenar cirios y velas para que puedan estar en perfecto estado de cara al año que viene.
En este sentido, la empresa está ofreciendo sus instalaciones sin coste alguno para poder almacenar los pedidos de aquellas cofradías o hermandades que tengan problemas de sitio o que no puedan garantizar un estado de conservación óptimo. “Nosotros estamos dispuestos a hacer todo lo que esté en nuestra mano”, ha apuntado Bellido.
El hecho de que en algunos sitios ya se estén planteando la posibilidad de magnas procesiones con la salida de todas las imágenes una vez que finalice el estado de alarma, supondría para Cera Bellido un respiro en tanto en cuanto se podría consumir parte de la producción de este año y garantizaría nuevos pedidos. Sin embargo, Manuel insiste en que lo importante ahora “por encima de todo es la salud de las personas y conseguir vencer entre todos al coronavirus, lo demás ya se verá”.
Cera Bellido –cuya actividad data de la segunda mitad del siglo XIX y cuenta con la marca registrada en 1889 a la que en 1892 se le incluyó como logotipo el Santuario de la Virgen de la Cabeza– sobresale por la exclusividad de trabajar con cera virgen de abeja que se trata de forma natural.
De este modo, una vez extraída de las colmenas hay que prepararla, limpiarla y decolorarla para que el tono miel pase al típico marfil. Ese proceso se puede realizar químicamente en una forma “más agresiva” con ácidos compuestos que oxidan la cera o con un blanqueo natural como el que lleva a cabo esta firma andujareña mediante la luz solar.
Para ello, cuentan con terrazas de unos 1.000 metros cuadrados en las que entre mayo y septiembre se extienden en serpentinas para que los rayos ultravioleta hagan su efecto y pasan después a unos cuartos oscuros, donde permanecen unos dos años más.
“La velas de cera de abeja son muy buenas porque dan mucha luminosidad y no emiten humo que puedan dañar imágenes o el entorno, ya sea templos o incluso palios, mantos… que en muchas cofradías de España tienen un alto valor artístico, histórico y económico”, ha comentado Bellido.
Esa materia prima es la base de una amplia oferta de velas y cirios, desde los que contienen un cien por cien hasta un mínimo porcentaje que se mezcla con otros materiales como la parafina o estearinas derivadas de grasas vegetales, también “de muy alta calidad y que tampoco emiten humos perjudiciales” pero con precio más reducido.
La calidad y el buen comportamiento de estos productos hacen que una Semana Santa más lleguen a numerosos puntos de España. “El mayor consumo se da en Andalucía, donde las cofradías tienen predilección por el uso de velas para iluminar sus pasos y cirios bastante grandes para los nazarenos, que contrasta quizás con el centro o el norte del país, con velas más pequeñas tipo farol”, ha dicho aunque matizando que en estas zonas las hermandades “están tendiendo cada vez más a cambiar bombillas en sus tronos por la luz de la vela”.
Labor artesanal
En este sentido, ha apuntado que se trata de una labor artesanal y muy particular, en la que “no hay medidas estándares” y “cada cofradía tiene un color, un tamaño o grosor” a los que hay que adaptarse. Las velas, en todo caso, no sólo arderán en los desfiles procesionales, sino también en los actos de culto que se incrementan en estos días de Cuaresma y la próxima Semana de Pasión.
Al hilo ha subrayado que es “una fiesta religiosa, transformada ya también en una fiesta cultural y turística, que mueve muchísimo a la industria artesana”. “Nosotros tenemos mucha diversificación, pero la Semana Santa nos da mucha vida. Lo mismo ocurre a orfebres, bordadores, imagineros… Una serie de oficios que, si no es por la Semana Santa, se perderían”, ha afirmado Bellido.
Junto a hermandades y cofradías, con especial relevancia en esta época, catedrales, monasterios y casas conventuales son clientes de esta firma de Andújar fundada por Francisco Bellido Rubio, que también ha sido proveedora de producciones cinematográficas.
Ahora y por primera vez en su historia, la preocupación de Cera Bellido no es que la Semana Santa se vea afectada por la lluvia como ha pasado otros años, sino que el coronavirus escriba sus últimas páginas y les permita recobrar la tan ansiada normalidad.