Carta pastoral de la Cuaresma en el año de la fe

Como es tradición por estas fechas y con motivo del tan ansiado tiempo de Cuaresma, tiempo significativo para todo cristiano, el señor Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo López ha realizado su carta pastoral. 


Comienza el escrito aludiendo al mensaje del papa Benedicto XVI 1. “el Papa nos invita a meditar y profundizar en la relación que existe entre fe y caridad, entre creer en Dios, en el Dios de Jesucristo, y la caridad como entrega y servicio a Dios en los hermanos. Su lectura reposada supondrá una gran ayuda personal a favor de una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin la fe sería un sentimiento constantemente a mercede de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino” (n.14)”. 
En su segundo punto recalca la respuesta directa y clara a la propuesta anterior sobre la vivencia de la fe y la caridad en el cristianismo: “Se desarrolla en cuatro apartados escalonados, cuatro meditaciones, que nos conducen a través de sus palabras a su Carta Encíclica Deus caritas est a las íntimas relaciones existentes entre fe y caridad. Convendría que, con esta ocasión, tuviéramos cerca y volviéramos a leer este Documento del año 2005, primera Encíclica del Pontificado de Benedicto XVI. Las palabras del Apóstol San Juan (cf. 1Jn 1, 16) son como el pórtico que marca el camino de la próxima Cuaresma: Conocer el amor que Dios nos tiene a cada uno para, como pueblo suyo, creer en Él y corresponder a ese amor mostrándoselo a los demás”. 
Destaca del tercer punto el tiempo que comenzaremos a vivir a partir de mañana, miércoles de ceniza: “Buena ocasión este tiempo de gracia, que nos conduce a los días santos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, para responder de forma concreta, bien individualmente o como grupo y comunidad, a las propuestas que nos hizo la Congregación para la Doctrina de la Fe en el ámbito parroquial, en comunidades, asociaciones y movimientos”, destacando en la propia carta alguna de ellas. 
Por último, en el cuarto punto nos anima a vivir el presente “año de la fe” de forma muy activa: “Sabemos que los frutos de este Año de la Fe dependerán de las gracias del Señor y de nuestra respuesta a las mismas. La Cuaresma y la Pascua es tiempo especial de gracia, de conversión, de cercanía a Dios. Como les decía en mi carta a las Cofradías y Hermandades y ahora repito para todos los fieles diocesanos, No dejemos pasar inútilmente este tiempo de gracia. Escuchemos a Cristo en la mesa de la Palabra, del Perdón y de la Eucaristía, socorramos al hermano que sufre y, junto a la pila bautismal, recitemos el símbolo de nuestra fe: el Credo. Proclamemos con hechos y alegría la fe que nos salva. Que después de intimar con Cristo “estar con Él”, nos sintamos también “enviados en Su Nombre” para vivir y predicar su Evangelio por todos los rincones y caminos de estas queridas tierras del Santo Reino”, finalizaba el escrito.

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