Seguramente sea el eslogan que mejor define un ensayo solidario. “Cargamos solidaridad, échenos kilos”, decía el costero de la parihuela de la Santa Cena que salía de la Residencia Caridad y Consolación en un domingo de diciembre mientras muchos pasaban la soleada mañana en el parque del Bulevar. Llamó la atención ver en estas fechas de Belenes y árboles navideños a un grupo de jóvenes con el costal en la cabeza prestos a pasear por el nuevo Jaén cargando sobre su séptima vértebra el peso de los macarrones, el arroz, los potitos y las galletas que muchos han entregado pensando en aquellos que no tienen el pan nuestro de cada día.
La cuadrilla, formada por costaleros de distintas hermandades de la ciudad, respondió con creces al llamamiento de la Hermandad de la Santa Cena, y derrocharon saber hacer a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Expiración, que se prestó generosamente a poner su música y sus alimentos al servicio de la causa. Al final de la jornada, el cansancio de unos y otros mereció la pena cuando al mirar la mesa del paso donde el Domingo de Ramos Jesús Salvador bendice su Última Cena, las provisiones aseguraban que para muchos seguirá habiendo cena para varios días.