Poco acostumbrados están los hermanos del Carmen a vivir situaciones como la de este año. Todo lo contrario a lo que ocurre primavera sí y la otra también, el tiempo y la amenaza de lluvia salpicaron la Festividad de Nuestra Señora del Carmen a pesar de los cerca de 40 grados aparejados a la enésima ola de calor de este verano. Pero precisamente fueron las altas temperaturas las que provocaron que el cielo se cubriera de nubes negras de tormenta. Mientras tanto, en el interior de la Parroquia de San Juan y San Pedro, el Obispo de Jaén oficiaba la Eucaristía en otro gesto de despedida de Don Ramón del Hoyo en estos últimos meses al frente de la Iglesia jiennense.
A la hora fijada, la amenaza de lluvia persistía. Tras un primer chaparrón, los truenos sonaban a lo lejos y aun así, la Cofradía decidió echarse a las calles del viejo Jaén. Quienes en la plaza esperaban se preguntaban si habría procesión. Quienes se preparaban para acudir en su busca, se planteaban la misma cuestión. Duda que quedó disipada cuando se abrieron las puertas de San Juan y San Pedro a pesar de que algunos paraguas permanecían abiertos.
A partir de entonces, la historia es bien conocida. Nuestra Señora del Carmen cubierta con un plástico, críticas por la decisión adoptada, la Banda Municipal de Música que dio la estampida y regreso turbulento y deslucido de una procesión que tal vez, no tendría que haberse producido. El ímpetu y la ilusión se impusieron a la cordura. Lo mejor, que la tormenta se quedó en mucho ruido y poca lluvia. Porque una tromba hubiera traído a la memoria recuerdos que todavía duelen en San Juan y San Pedro.
Hablar de cordura o no tenerla es un insulto,una impertinencia, propia del que la dice, hay quien habla desde la distancia o la ausencia como es este caso, tanto en Semana santa como fuera de ella loque hay que tener conocimiento de los que es el clima en Jaén, y por supuesto lo religioso ante todo, lo demás patrimonio, y la psycosis es para los que piensan que un pregon lo puede dar cualquiera.