Es de los pocos Rosarios que se mantienen en la Aurora, cuando el día despunta la luz de un domingo de primavera. La Amargura volvió a encontrarse con las calles, pero en esta ocasión, con el silencio por compañero. Recogimiento y oración para despertar la mañana en la compañía de la Madre del Salvador. Así celebró la Hermandad de la Amargura su Rosario de la Aurora para despedir el mes de las flores y de María.
Fotografías: Pedro Oya