Por segundo año en apenas cuatro, la tarde noche del Miércoles Santo tuvo que competir con una de las pasiones más extendidas en nuestra sociedad, el fútbol y un Real Madrid-Barcelona de final de Copa del Rey. Sin embargo, la pasión cofrade venció en una ciudad en la que elegancia y tradición se dan la mano en dos de las cofradías punteras de nuestra Semana Santa. Punteras en número de cofrades, en patrimonio y en presencia dentro y fuera del templo. Por esto, impregnado en su matiz sacramental y por ser capaz de unir rivalidades mundanas como la del fútbol, la Buena Muerte y el Perdón inundaron Jaén de aquello que es lo último que se pierde, aquello que es capaz de teñir de verde a la propia angustia: la Esperanza.
Después de más de cuatro décadas, la Hermandad del Perdón recuperaba una de esas tradiciones que contribuyen a dar sentido a las cofradías, tradiciones que forman parte de la esencia, y miro otra vez al pregonero. El indulto de un preso ha vuelto a ser portada de periódicos y ha devuelto a nuestra Semana Santa un gesto que no podemos valorar quienes gozamos de libertad. En el cuartel de la Guardia Civil esperaba Antonia, la reclusa que miraba la espalda flagelada de quien le había, no solo perdonado sino que, además, le había dado una segunda oportunidad, precisamente, en una sociedad poco dada a tender la mano al que cae.
Y todo por Amor, un amor traicionado por el beso de la cobardía y representado en uno de los pasos de Misterio de mayor plasticidad y movimiento de nuestra Semana Santa. En esta ocasión, el Cristo del Amor volvió a vestir túnica burdeos y levantó pasiones con la peculiar forma de andar de una de las cuadrillas más consolidadas y volcadas con su Titular. Aunque para empuje, el de los anderos de la Esperanza, que volvieron a levantar los aplausos en cada una de las carreras emprendidas para aliviar el peso de quien soporta las esperanzas e ilusiones de tanta gente.
Un cortejo, el del Perdón, que ha logrado fortalecer el vínculo entre cuadrillas y formaciones musicales, pero en el que se echan en falta hermanos de luz dada la nómina cofrade que integra la corporación de Cristo Rey. Todo lo contrario de lo que ocurre en la otra hermandad del Miércoles Santo. Llamativa y digna de mención la participación de los hermanos de la Buena Muerte en las filas nazarenas y de mantillas. Sin embargo, sigue siendo lento el discurrir del cortejo, uno de los que menos metros recorren en toda la Semana Santa.
El museo itinerante que representa la Buena Muerte en las calles ha mejorado en los servicios de paso, con nuevas dalmáticas para dar mayor sobriedad al paso de los enormes tronos que, como en el caso del Descendimiento, corrían en las últimas chicotás al modo de la Esperanza. El enorme peso, el paso a costero malagueño que apenas avanza y el número de caballeros de trono, menos del que debe, bien merece una reflexión para evitar que un Misterio con Cristo muerto corra por Carrera Oficial. Un conjunto, que ha mejorado en su disposición y que ha ganado movimiento con la incorporación de un sudario que da mayor realismo a la escena.
Delante, el Señor de la Catedral volvió a mostrar su Buena Muerte acogiendo en su cruz a quienes quieran buscar en Él a la verdadera Vida. Y por último, Nuestra Señora de las Angustias, bellísima Piedad sobre “una tarta barroca” que hasta la brisa disipó para que el sudario de su cruz no se enganchara con su sagrada diadema.
Respecto a los horarios e itinerarios, el Miércoles Santo de 2014 ha demostrado que los tiene muy ajustados. De hecho, la Virgen de las Angustias reviraba en la plaza de San Francisco buscando la calle Hurtado mientras el Perdón pedía la venia en Tribuna. Ahora, la “pescadilla” se ha trasladado de zona y se forma entre la Carrera Oficial y San Ildefonso, por lo que habrá que hacer muchos estudios y ajustes de reloj para incorporar a la Hermandad del Cautivo, que desde Santa Isabel ya reclama su sitio en el Miércoles Santo jaenero. Ojalá sea pronto.
Escucha nuestra retransmisión del Miércoles Santo en Jaén aquí: https://pasionenjaen.com/radio-miercoles-santo-2014/
Para mí la Buena Muerte se equivoca eligiendo calles pequeñas, es como dice el artículo un museo andante y se luce más cuando llena una calle amplia de lado a lado, como en el itinerario antiguo