Da igual los años que pasen, que tengamos más o menos experiencia a la hora de observar las condiciones meteorológicas, que seamos más o menos positivos, que tengamos a nuestra disposición más o menos tecnología y es que, si nadie lo remedia, llegará de nuevo la Semana Santa y la mayoría de los cofrades vivirán pendientes casi más del cielo que de sus sagrados titulares.
Pero, ¿de qué sirve?, ¿vamos a espantar nubes y lluvias con el deseo de salir a la calle?. Son estos los momentos en los que hay que caer en los tópicos; “la cofradía son 365 días al año”, “las imágenes están todo el año en sus capillas para ser visitadas”… pero no nos engañemos, una Semana Santa con buen tiempo es buena tanto para quien le gusta este mundillo y disfruta de las cofradías en la calle, como para quien lo detesta y aprovecha para salir de vacaciones o, simplemente, sale a tomar algo en las primeras terrazas de bares de la temporada. A fin de cuentas, es una semana para disfrutar y de mucho ambiente en la calle.
No, ya dije que de nada sirve mirar miles de modelos climatológicos en los días anteriores, si vives en Jaén, ya te habrás dado cuenta que hay que estar casi más pendiente del aire que de esos modelos. Abril, mes inestable donde los haya, si hace dos días miras las predicciones eran totalmente opuestas a las que ahora anuncian, y hoy, serán diferentes a lo que anuncien mañana.
Hace años no se vivían las cuaresmas como ahora, de esta forma tan intensa. No había ni la mitad de cultos, las imágenes rara vez salían de sus capillas, no se vestían a las vírgenes, no se hacían tantos pregones, boletines… hoy en día se tiene más olor a incienso en Cuaresma que en la misma Semana Santa, es por eso que se puede vivir de esa forma particular la semana de pasión desde el primer minuto del Miércoles de Ceniza y con el clima que sea.
Cofrade, no mires al cielo y maldigas las nubes. “Anticofrade”, no maldigas el sol. Si hace buen tiempo disfrutaremos de las cofradías en la calle, pero si hace mal tiempo, los cofrades tendremos que focalizar esas ganas de procesión en trabajo y ganas de cara al próximo año y los «anticofrades», simplemente, pasarán una semana más de su vida.
Que el tiempo dicte sentencia.