A 10 días para el Domingo de Ramos, se apuran las fechas de adquisición de abonos para los palcos y sillas de la Carrera Oficial. Un itinerario renovado el pasado año, en el que se suprimieron Roldán y Marín y la Plaza de la Constitución para añadir Plaza de San Francisco y Campanas, culminando muy cerca de la deseada, para el mundo cofrade, Puerta del Perdón de la Catedral. Si bien es cierto que la pasada Semana Santa no sirvió para valorar este cambio ya que solo cuatro hermandades pasaron por itinerario oficial, sí se apreció un cierto rechazo del público a la calle Campanas. Un aspecto que se ha puesto de manifiesto en 2014 ya que, a día de hoy, se encuentran casi todas las sillas de esta zona sin alquilar.
Llama la atención que personas que el pasado año probaron en Campanas, han solicitado pasarse a Bernabé Soriano, aunque sea en tercera fila, por lo que esta primera calle de la Carrera Oficial está prácticamente completa, mientras que una vez pasada la Tribuna Oficial, las sillas están totalmente libres.
Entre las razones se alude al aire y frío, especialmente al caer la noche, que suele hacer en esta vía de la ciudad donde embocan los vientos que proceden de Jabalcuz. La otra puede ser el proceso embrionario de este proyecto, que si bien contemplaba para este año la realización de palcos en el lateral de la Catedral, la situación económica de la Agrupación de Cofradías ha motivado que sea imposible ejecutarlos y volverán a colocarse dos filas de sillas a una misma altura y con una valla por delante.
El tiempo dará o quitará razones. Lo que parece evidente es que aquellos que quieran alquilar una silla en un día concreto de la Semana Santa, tendrán que subir a Campanas, una calle que, entre otras cosas, es la única vía posible para acceder a la Catedral. Claro que esto, si alguna vez sucede.
Recuerdo lo primero que me dijo mi abuela, antigua abonada de Roldán y Marín, el año pasado respecto a esto: “¿Campanas? Pero si esa es la calle más fría de Jaén y con más viento de todo Jaén”. Lo del palco o gradas ayudaría, por ejemplo una zona bien preparada en la fachada del obispado para “despedir” a las procesiones.
Es complicado valorar el cambio hasta que no pasen varios años. Como todo cambio, necesita un periodo de adaptación. De todas formas, después del tiempo que tuvimos el año pasado, es posible que la gente se espere hasta última hora cuando vea que la meteorología es favorable.