Mañana nubosa la de este Domingo de Ramos, día muy esperado por muchas personas que han visto su esperanza de iniciar una nueva Semana Santa truncada por las nubes, viento y lluvia que azota gran parte de la península ibérica. La hermandad de la Borriquilla, la primera en poner sus dos pasos procesionales en la calle decidió no realizar su salida procesional y por lo tanto, posponerlo hasta el próximo año.
Amanecía el día muy nuboso pero con algunos claros en los cielos que permitían que los rayos del sol lucieran por ciertas partes. La plaza donde se encuentra la iglesia parroquial de Ntra Sra de Belén y San Roque albergó a un público esperanzado y deseoso de ver el discurrir de la primera estación de penitencia en la capital.
Tras el pequeño “pasacalles” de las formaciones musicales acompañantes, comenzó ligeramente a lloviznar, dejando paso a una multitud de paraguas que hacían acto de presencia. Pasados unos minutos de la hora fijada para la salida de la cofradía, la junta de gobierno decidía no arriesgarse y suspender la estación de penitencia, debido a que se les había comunicado una amenaza seria de lluvia a eso de las 13:00h., como finalmente ocurrió. Tras el anuncio de la suspensión, se abrieron las puertas del templo tanto a devotos como a cofrades y personas en general. De mano de su hermano mayor, D. Antonio Carrillo, se anunciaba la triste noticia aludiendo a que si bien es cierto que este evento es una vez al año y es el culmen a un curso cofrade, la hermandad está trabajando durante los 364 días restantes.
Amarga y triste mañana que nos dejó sin la primera de las cofradías en la calle.