Eran las 20;40 Horas cuando las campanas del viejo campanario de la Capilla de San Juan Evangelistas repicaron de alegría para anunciar a la Noble Baeza que después de algo mas de 400 año, San Juan de Ávila volvía a estar en la Ciudad en la que paso una parte de su vida.
Todo estaba listo en la puerta del Templo universitario para recibir el relicario que venia escoltado por la Guardia Civil procedente de Andújar, donde había estado a primera hora de la tarde y donde el Santo retorno su ultimo viaje a Baeza. Allí en la puerta eran recibidas sus reliquias por una representación de la Cofradía de Las Escuelas, los cueles fueron los encargados de llevar las reliquias hasta el altar colocado para tal ocasión en un lateral de la Capilla.
Las autoridades religiosas y civiles de la ciudad fueron las encargadas de recibir a pie de calle el corazón del Santo, el cual se encontraba custodiado en un magnifico relicario el cual fue incensado nada mas subir la pequeña rampa, ya ha su entrada y bajo los sones de la marcha real, este se hacia paso entre la multitud de Baezanos que se agolparon en la capilla para recibir al próximo Doctor de la Iglesia.
Tras las palabras de bienvenida del Ilmo. Sr. Deán de la Catedral D. Francisco Juan Martínez Rojas y el Sr. Alcalde de la Ciudad se procedió a la veneración de las mismas y así termino esta recepción tan importante para la Iglesia de Baeza y para la Diócesis de Baeza-Jaén.
Ya entrada la noche y con algo mas de media hora de retraso debido a las deliberaciones de la Junta de Gobierno para realizar la Estación de Penitencia, debido a la inestabilidad meteorológica, las puertas de la Capilla de San Juan Evangelista se volvían a abrir en mitad del silencio y respeto para dar paso a el cortejo de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia.
Nadie quería perderse la salida de la Hermandad de Los Estudiantes, que se presentaba al igual que el año pasado con una imagen seria y solemne que estremecía a todo aquel que contemplaba la compleja salida del paso por la puerta del templo mientras las campanas doblaban, este era el único sonido que acompañaba a Cristo, para mas tarde comenzar el rezo del Vía Crucis por el recorrido, este año y como no podía ser de otra manera con los textos de San Juan de Ávila.
Los hermanos de las Escuelas optaron por acortar el recorrido ya que la noche no indicaba de manera clara que no lloviera durante que la corporación estuviera en la calle, así que por este motivo los hermanos realizaron el mismo recorrido que el anterior Lunes Santo pero en sentido inverso.
El Cristo de la Misericordia volvió a dejar estampas inéditas en la Baeza intramuros, estampas que nadie se quiso perder lo cual hizo que el Señor fuera en todo momento arropado por todos los Baezanos hasta su llegada de nuevo al templo pasada ya la media noche