El pasado 2 de febrero la Iglesia celebraba la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, con el lema “Ven y sígueme”. Vida Consagrada y nueva evangelización. Desde el año 1997, por iniciativa del beato Juan Pablo II, se celebra ese día la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. En esta jornada, la Iglesia mira a la vida consagrada y a cada uno de sus miembros como un don de Dios a la Iglesia y a la humanidad. El lema escogido para este año acontece en el horizonte del próximo Sínodo de los Obispos sobre el tema: “la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”. “Este lema subraya dos objetivos importantes que la Iglesia tiene hoy: la
vida religiosa y las vocaciones, y la nueva evangelización. Nuestra
reciente Asamblea General ha intentado afrontar con honestidad esta
crisis vocacional en las congregaciones religiosas. Somos conscientes de
que el futuro de la vida consagrada, no se juega en el número, si no en
la radicalidad de nuestro seguimiento a Jesús. En el gozo y la
generosidad en que nuestras vidas testimonian y anuncian a Jesucristo”, asegura Anunciación Esteve, presidenta de CONFER-Jaén.
Con motivo de dicha jornada CONFER- Jaén organizaba, como viene siendo habitual, una serie de actividades. Así, el sábado 4 de febrero los consagrados y consagradas de la diócesis celebraban un encuentro de formación en Casa de Espiritualidad de ‘Santa María de los Apóstoles’ de Jaén. El tema central del encuentro fue ‘Iconos de la Vida religiosa’, y lo desarrolló D. Juan Arévalo, sacerdote diocesano. El domingo, 5 de febrero, los religiosos y religiosas pudieron disfrutar de una visita guiada a la Catedral y en este mismo templo celebraron la eucaristía, presidida por el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo.
Durante la celebración los religiosos y religiosas renovaron las promesas de su consagración. En su homilía, Sr. Obispo quiso destacar la labor de los consagrados y el enriquecimiento a la Iglesia de Jaén: “Son cerca de 100 comunidades, de varones y mujeres, las que enriquecen toda la geografía diocesana de Jaén. Pequeñas comunidades de clausura, otras de vida activa, institutos seculares…una gran riqueza que debemos, verdaderamente, agradecer ante el Señor. La tarea de la evangelización en la diócesis de Jaén sería muy distinta en niños, jóvenes, catequistas, enfermos, personas mayores,… si no existieran los consagrados y consagradas. Por eso nuestro apoyo y cercanía ante el Señor. Y nuestra oración, no sólo hoy, por estas familias que dentro de la Iglesia diocesana nos enriquecen a todos. Pedimos especialmente por su renovación y por la continuidad de sus familias religiosas, con nuevas ocasiones que debemos pedir con mucha fe y constancia ante el Señor”. “Le pedimos a Dios, con fe y confianza, que cure nuestros males y nos lleve de su mano. Que nos enseñe siempre la verdad y nos llene de su vida. Y que la Santísima Virgen, nuestra madre, interceda por todos ante su hijo y obtenga una bendición muy especial para todos los consagrados y consagradas de la Iglesia de Jaén”, continuó afirmando D. Ramón del Hoyo. La jornada culminaba con una comida fraternal.
“En esta Jornada de Vida Consagrada invitamos a la esperanza. Una esperanza confiada en el Señor de quien proviene todo bien. Una esperanza realista desde donde mirar al futuro que estimula y anima a seguir invitando a los jóvenes a que venga y vean. Y nuestro testimonio profético de vida y nuestro compromiso con la nueva evangelización”, explica la religiosa Anunciación Esteve.