Una ráfaga y una media luna como regalo por el 25 aniversario de la hechura de la Soledad

La Hermandad de la Soledad celebra el 25º aniversario de la hechura y bendición de Nuestra Señora de la Soledad. Para conmemorar esta efeméride, se ha presentado un cartel y el proyecto Lux Rediviva, consistente en una ráfaga y media luna diseñadas por Miguel Ángel Martos Calderón.

El cartel hace una exaltación simbólica de la gloria de María. En el centro, la Virgen de la Soledad aparece elevada sobre una nube, coronada por dos ángeles que sostienen su presea, mientras la luz dorada que irradia su aureola —basado en el propio logotipo del aniversario— simboliza la gracia que la Virgen derrama sobre el mundo. El conjunto, de trazo delicado y espíritu clásico, une arte y devoción, reflejando la paz, la esperanza y la eternidad que brotan del corazón de la Madre.

Junto al cartel se ha presentado el logotipo conmemorativo, realizado por Alejandro Ortega Castillo, que toma como eje central la corona de plata de la Santísima Virgen, una de las piezas de orfebrería más antiguas conservadas en Jaén y testimonio de la historia y devoción de esta Cofradía. Su tipografía, inspirada en las inscripciones de la Basílica Menor de San Ildefonso, enlaza la devoción a la Soledad con las raíces espirituales de la ciudad. Un diseño sobrio y elocuente que une símbolo y significado: la realeza de María y la permanencia de su luz a lo largo de veinticinco años

Por otro lado, el proyecto Lux Rediviva viene a enriquecer el ajuar de la Santísima Virgen. La realización de la ráfaga responde a un propósito de recuperación histórica, pues, según consta en diversos archivos documentales y gráficos, la Santísima Virgen de la Soledad ya la poseyó en el pasado, desaparecida durante los años de la Guerra Civil.

El nuevo diseño parte de una premisa artística: dar continuidad a los rayos de la corona de plata de la Virgen, prolongándolos en una composición armónica que enmarca su silueta. De este modo, la ráfaga nace de la propia corona, como prolongación natural de su realeza. En cuanto a la media luna, se presenta como una pieza de elegante inspiración barroca, concebida para su realización en orfebrería y tomando como referencia la riqueza decorativa de la platería de la Santa Iglesia Catedral de Jaén, de la que hereda su espíritu sobrio, majestuoso y equilibrado.

El conjunto se organiza a partir de una simetría armónica, en la que los roleos y motivos vegetales se entrelazan con delicadeza, evocando los repertorios ornamentales del siglo XVII.

En el centro se dispondrá una cruz de cristal, concebida como tributo moderno a la histórica Cruz de Jaspe de la Catedral de Jaén —pieza de orfebrería gótica cuya estructura seguía un rico lenguaje ornamental y que desapareció durante la Guerra Civil. El nuevo diseño no solo rinde homenaje a ese tesoro perdido de Jaén, sino que lo actualiza en luz y transparencia, haciendo que la cruz, aunque despojada de ornamentación, conserve su presencia simbólica y patrimonial.

A ambos lados de la cruz se disponen un sol y una luna, que aluden a la realeza universal de la Virgen como Reina del Cielo y Señora de la Creación, acompañando a la cruz en una lectura teológica de profunda belleza y plenitud simbólica. Sobre la superficie de la media luna se extiende una serpiente que la circunda, símbolo del pecado original, que es pisada por la Virgen en clara alusión al dogma de la Inmaculada Concepción, proclamando así su pureza inmaculada desde el primer instante de su existencia. El diseño se completa con dos estrellas radiantes en los extremos superiores enmarcando la composición.

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