La Catedral acogía, a primera hora de esta mañana, la Eucaristía en el Día de la Caridad, en la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Una celebración presidida por el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez y concelebrada por una treintena de sacerdotes de la ciudad de Jaén y miembros del cabildo Catedral.
En el primer templo de Jaén, abarrotado de fieles, se han dado cita numerosas autoridades civiles y militares. Entre ellos, miembros de la Corporación Municipal en funciones; la Subdelegada del Gobierno; el Comisario Provincial de la Policía Nacional; el Subdelegado de Defensa; Policía Local y miembros de la Universidad de Jaén, que cada años son fieles a su cita con Jesús Sacramentado. Del mismo modo, han estado presentes los representantes de la Cofradías de Pasión y Gloria de la ciudad de Jaén; la Agrupación de Cofradías, las Hermanas Eucarísticas de Nazaret y el director Cáritas diocesana de Jaén, Rafael Ramos, acompañado por voluntarios de las Cáritas parroquiales de la ciudad, entre otros.
Las lecturas han estado participadas por miembros de la Junta de Gobierno de la Buena Muerte; por representantes de la Agrupación de Cofradías de la ciudad del Santo Reino. El Evangelio lo ha proclamado el Vicario General, D. Juan Ignacio Damas. Las voces blancas de los niños y niñas de la Escolanía Catedral, bajo la dirección de Cristina García de la Torre y en el órgano, Alberto de las Heras, han puesto la nota musical a la solemne celebración.
Homilía
Después de abundar en el significado de la primera y segunda lectura, el Prelado jiennense ha expresado: “El Cuerpo de Cristo es el “punto de encuentro” en el amor. Dios le ama y está en Él, nosotros por la fe y el amor nos unimos a Él, y como alimento universal nos reúne a todos en torno a su mesa, en un mismo amor, haciéndonos hermanos. Nos podemos preguntar: ¿Cómo vivir verdaderamente, cristianamente, esta fiesta? Para ello: Principalmente, necesitamos reavivar nuestra fe, descubrir las honduras de este misterio eucarístico, por el que Jesucristo, con su vida y con su muerte, con su historia terrestre y su gloria actual de resucitado, quiere estar junto a nosotros como una presencia fidelísima, como una invitación permanente a la piedad y a la esperanza, como un alimento inagotable”.
Después, el Obispo de Jaén ha querido dar gracias a Dios, “con gratitud y amor”, en nombre de todo el pueblo fiel congregado: “Hoy tenemos que decirle al Señor: “Gracias Señor por habernos amado tanto, gracias por haber tomado tan profundamente en serio tu misión de salvador, gracias por haber querido anudar definitivamente la tierra con el cielo mediante este sacramento de tu presencia”.
En el día que la Iglesia pone en el centro, de una manera especial, a la Caridad, el Obispo ha querido poner de manifiesto la gran labor que lleva a cabo Cáritas diocesana de Jaén, así como el trabajo callado, constante y amoroso de sus más de 1500 voluntarios en la Diócesis, “El Corpus es el día de la Caridad, el día del amor hacia los más necesitados. La Eucaristía nos une, pero sobre todo con los más pobres, los más necesitados, para que los saciemos. Hoy, mostremos nuestra gratitud y reconocimiento por aquellas manos buenas y generosas que están al servicio de la caridad en nuestra Diócesis de Jaén, la gran familia de Cáritas, a los voluntarios, a los trabajadores y colaboradores, que dedican su tiempo y entregan al servicio de los necesitados”.
Para finalizar, ha pedido a los congregados que salieran a las calles acompañando a Cristo sacramentad, dando así testimonio de su fe. “Vamos a acompañar por nuestras calles a Jesús Sacramentado, sin embargo la gran procesión que el Señor espera hacer, es aquella que desea realizar a través de la custodia de nuestra vida, de nuestras palabras, de nuestro amor… a través de nuestro testimonio de vida… para que a través nuestro sea vecino cercano de todos, para que deje en todas partes el buen olor de su misericordia, para que a través de nuestros actos despierte en todos los corazones sentimientos de piedad, de esperanza y de alegría… Para que, a través nuestro, el mundo cambie, se renueve y se vivifique en el amor con el que Dios nos creó”.
Al finalizar la Comunión, se ha expuesto el Santísimo en la Custodia que ha sido llevada hasta la puerta del Perdón de la Catedral. Una lluvia de pétalos caía sobre Cristo Eucaristía al atravesar la plaza. Allí, sobre una preciosa alfombra de flores y sales de hermosos colores, con alusión, este año a la JMJ, ha dado comienzo la procesión. El Santísimo Sacramento, la presencia real de Cristo en el mundo, ha sido custodiado por los sacerdotes de la ciudad en su recorrido por las calles de Jaén.
Los niños y las niñas que este año han recibido los dones eucarísticos, en su primera Comunión, acompañaban al cortejo, en el que también han estado presentes las representaciones de las Cofradías y Hermandades de la ciudad y la Escolanía de la Catedral.
Calles con juncias y plantas aromáticas, balcones adornados preciosamente, y bellos altares recibían al amor de los amores en un domingo que ha relucido más que el sol. Además, al paso de la Custodia por la puerta de la Basílica de San Ildefonso aguardaba su Madre, la Santísima Virgen de la Capilla, que en el 11 de junio, su día, participaba de esta manera en la procesión de las procesiones.
La bendición con el Santísimo desde los balcones de la Catedral de Jaén han sido el colofón en el día en el que Cristo sacramentado se encuentra con su pueblo como gesto de amor eterno.
La provincia de Jaén tiene una gran tradición eucarística y este día se celebra con profunda devoción y arraigo en muchas localidades, a lo ancho y largo del territorio diocesano, que hoy se levantaba con calles engalanadas, y altares efímeros levantados para recibir al “pan vivo que ha bajado del cielo”. Algunas, como es el caso de Villardompardo y Villacarrillo, con Corpus Christi declarados como Bien de Interés Cultural.
Fotografías: Valentín Molina