A las 12:45 horas, en el templo del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral, comenzaba la Eucaristía de apertura del curso. La ceremonia presidida por el Sr. Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo,  estuvo concelebrada, además, por el vicario general, D. José Antonio Maroto; y el deán de la Catedral, D. Francisco Juan Martínez Rojas. Asistieron, igualmente, los vicarios, delegados y subdelegados episcopales, los directores de Secretariados Diocesanos, así como diversos miembros de Cáritas Diocesana y Manos Unidas y los trabajadores de la Curia Diocesana.

 

Durante su homilía el Sr. Obispo quiso recordar la importancia del nuevo plan pastoral para los próximos años, que aborda como objetivo primordial la nueva evangelización. Igualmente, D. Ramón del Hoyo hizo hincapié en la característica evangelizadora de la Curia Diocesana. “La Curia está llamada cada vez más a ser un mecanismo bien coordinado de dinamismo evangelizador para presentar el verdadero rostro del servicio de la Iglesia a la comunidad y a cada persona. Así se lleva la buena noticia del Evangelio. Es importante decir la verdad, escuchar y trasmitir la imagen de la Iglesia, el amor de Dios a todos”.

 

“La presencia de Jesús da eficacia a nuestros trabajos, más o menos acertados, y producirán frutos si lo hacemos en su nombre, aunque nos equivoquemos. Hemos de remar sin miedo, ni pereza mar adentro; sin temor a las dificultades, ni a las tormentas. Que la fuerza del Espíritu Santo nos asista en la travesía de estos meses. Y así, le pedimos, también, a nuestra Madre, la Santísima Virgen por toda la familia curial”, concluía Monseñor del Hoyo.

 

Finalmente, hicieron juramento los nuevos miembros del Colegio de Consultores: D. José Antonio Maroto, D. Francisco Juan Martínez Rojas, D. Enrique Cabezudo, D. Rafael Higueras, D. Carmelo Zamora, D. Jesús Manuel Millán, D. Francisco Rosales, D. Santos Mariano Lorente y D. Juan Ignacio Damas. Asimismo, D. Carmelo Zamora procedió, además, a jurar su cargo como nuevo Rector del Seminario Mayor Diocesano de la Inmaculada y San Eufrasio. 

 

Tras la Misa, la jornada culminaba con un aperitivo fraternal en las dependencias del Obispado.