A ritmo de batucada y derrochando alegría han marchado, desde el colegio Maristas de la capital hasta la Catedral, más de 500 jiennenses de los que a lo largo de la jornada han participado en la clausura de fase diocesana del sínodo de la sinodalidad.
Asamblea diocesana
A las once de la mañana daba comienzo la jornada de encuentro, puesta en común y testimonios sobre el trabajo que desde el mes de octubre se ha llevado a cabo en parroquias, movimientos, comunidades religiosas, entidades de la Iglesia en la Diócesis del Santo Reino. Con gran participación, la Diócesis del Santo Reino ha respondido a la llamada del Papa Francisco que ha pedido que todo el pueblo fiel se manifieste sobre lo que le pide a la Iglesia y que será el grueso del trabajo de los obispos durante el próximo 2023.
La mañana comenzaba con la oración que abría el corazón de los asistentes ante lo trascendente.
El Vicario de Evangelización, D. Juan Ignacio Damas, que ha llevado la coordinación de todos los equipos diocesanos del Sínodo, ha dado la palabra al Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez. El Prelado jiennense ha comenzado diciendo, “el que tira de nosotros es el Espíritu Santo y el que nos vuelve a invitar en esta pobre barca q es la Iglesia, y el que nos vuelve que nos vuelve a decir: echad las redes, a ver lo que pasa”.
Después ha agradecido el trabajo, las iniciativas y el tiempo que se han invertido, desde todos los lugares de la Diócesis para responder a la iniciativa del Santo Padre, de un modo particular, ha agradecido la labor del Vicario de Evangelización, del equipo diocesano y coordinadores de cada grupo y equipo de reflexión.
Asimismo, el Obispo ha expresado, “Tenemos una gran responsabilidad, la de compartir la misión de Cristo y hacerlo en comunidad. Jesús nos ha encomendado la misión de salvar al mundo”. Para finalizar su intervención ha animado a los presentes a “seguir caminando” y conocer a través de las conclusiones que se han elaborado del trabajo de estos meses, “qué espera Dios de nosotros, cómo debemos preparar la Iglesia para las generaciones venideras para que nuestro mundo sea más ese reino que desea Dios”.
Conclusiones
Desde octubre hasta ahora, se han llevado a cabo cinco encuentros sinodales, en los que han participado 127 parroquias y más de 360 grupos parroquiales sinodales. También, colectivos de maestros de Religión, el Seminario, comunidades religiosas, pastoral penitenciaria, Cáritas diocesana de Jaén, Unión de Cofradías, Casa hogar Santa Clara… un total de más de 4000 participantes de los que se han recogido más de 700 documentos con 8.000 reflexiones. Ahora se ordenarán y se enviarán a la Conferencia Episcopal Española, junto a las de las otras diócesis españolas.
Entre las conclusiones destacan “un deseo fuerte de acción y cambio” junto con la conversión pastoral y el anuncio del Evangelio en el centro de toda la vivencia eclesial. Los participantes también creen conveniente fortalecer la vocación de los laicos y su misión en la Iglesia. En conclusión, una transformación, sin perder lo esencial, que empiece por la conversión personal. Todo ello, confiando en la acción del Espíritu Santo.
Tras un breve descanso, han tenido lugar los testimonios de personas que a lo largo de estos meses se han involucrado en este camino sinodal. El responsable diocesano de Apostolado Seglar; un matrimonio de Jódar; una comunidad religiosa y unas niñas han explicado cómo han vivido este tiempo y de qué manera se han sentido llamados a aportar su granito de arena en esta llamada de la Iglesia universal.
Después de una comida compartida, los participantes han marchado, caminando juntos, encabezados por la batucada Saudaçao de Mancha Real hasta la Catedral, para, con una Eucaristía cerrar esta fase diocesana.
Homilía
Durante su predicación, Monseñor Chico Martínez ha reflexionado sobre estos meses de trabajo sinodal y de cómo ha respondido la Iglesia de Jaén. “Lo que hemos escuchado en estas lecturas, podríamos decir que de una manera u otra ha ido saliendo en las distintas reuniones que hemos tenido a lo largo de estos meses: dónde está la presencia del resucitado en medio de nuestra Iglesia, de nuestro mundo; cómo y de qué manera la reconocemos; cómo reaccionamos ante ella; cómo estamos siendo presencia del Resucitado en este momento, en nuestra sociedad, en nuestro mundo; qué habría que cambiar para que llegue verdaderamente su mensaje y hacer eficaz nuestra misión de cristianos; cuáles son las dificultades con las que nos encontramos y cómo poder superarlas…”
En este sentido, el Prelado jiennense ha afirmado que al culminar este “trabajo maravilloso que nos ayudará en nuestro caminar juntos como Iglesia. Para ello hemos intentado ver qué es la Iglesia, qué tenemos que ser nosotros como Iglesia de Jesús en este tiempo y en estas tierras de Jaén. Hemos reavivado nuestra conciencia de Iglesia, que camina unida, como Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, sacramento de salvación y de unidad para todos los hombres y mujeres de nuestra sociedad”.
Para finalizar, Don Sebastián ha concluido expresando que “Sabemos bien que la Iglesia no es para sí misma. La Iglesia es para el mundo. Queremos reformar y mejorar nuestra Iglesia. Pero seamos conscientes de un principio y es que la Iglesia somos todos nosotros. Partiendo de estas premisas podremos construir un gran proyecto de trabajo para los próximos años, con las aportaciones realizadas, y llevarlo a su realización desde la verdad y la humildad, con nuestras pobres fuerzas, pero contando con la gracia del Espíritu Santo”.
Con una gran ovación y con las ganas de seguir caminando juntos los jiennenses han concluido esta jornada diocesana.