Hay regresos que tardan en llegar, pero cuando lo hacen traen consigo sensaciones únicas que atraen lo ya vivido (un déjà vu, dicen). Es lo que ocurrió este pasado sábado cuando las puertas del convento de “Las Bernardas” se abrieron de par en par para recibir a Nuestro Padre Jesús de la Salud.
Inmersos en plena Cuaresma, los hermanos de La Borriquilla trasladaron a su imagen titular en unas andas hasta el mencionado Convento de la Purísima Concepción. El motivo no era otro que retrotraerse 75 años atrás, cuando la hermandad partía desde ese mismo rincón de la ciudad para celebrar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Después de tanto tiempo han sido muchas las cosas que han cambiado, incluida la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud, que estrenaba para la ocasión un juego de potencias. Sin embargo, la oración ante el Santísimo y la Santa Misa a su llegada sirvieron para marcar uno de tantos días especiales que está dejando esta efeméride.
De nuevo, a eso de las 20:30 horas, el cortejo regresaba hasta Belén y San Roque con absoluta solemnidad en el rezo de las estaciones del Vía Crucis. Y será ya entrada la primavera cuando María Santísima de la Paz haga lo propio por las calles de este casco añejo, flanqueado por restos de una muralla capaz de asemejar el más lejano Jerusalén.