En la mañana del pasado domingo se llevó a cabo en el interior de la parroquia de Ntra. Sra. de la Merced la vigésimo novena edición del Pregón del Estudiante. Presentado por Miguel Ángel Fernández, el pregonero, Antonio Casado, dio comienzo su intervención exponiendo sus inicios en la cofradía hace veintisiete años. Tras esto, dedicó la primera parte de su pregón a su Cristo, concretamente a su posible autoría, a sus atribuciones y a los hechos -que a su juicio- de manera inequívoca ponen de manifiesto que la talla del Cristo de las Misericordias es una obra del imaginero jiennense Salvador de Cuéllar.
Una vez concluida la exposición sobre el origen de la talla del Señor, retrocedió unos años en el tiempo para relatar cómo fue su juventud costalera y los recuerdos que guarda con mucho cariño de aquellos años. Llegado al ecuador de su pregón, Antonio Casado comenzó un periplo por el Lunes Santo, expresando cómo han sido y son sus vivencias en un día tan importante para un hermano de Los Estudiantes; día éste en el que los sentimientos están a flor de piel, y cómo no, día de reencuentro con cofrades a los que les profesa un gran cariño y no los ve todo lo que quisiera.
Ya en la recta final, dedicó sus últimos párrafos a expresar lo que para él significa ser hermano de Los Estudiantes. No dejó pasar por alto la desafortunada pandemia que estamos atravesando, y puso el punto y final a su pregón con un epílogo cargado de emotividad en el que recordó a todos los presentes que en quince días llegará un nuevo Lunes Santo.