Al pie de la Cruz se inicia este tiempo de conversión, y en este mismo lugar culminará en la previa del Domingo de la Luz. Todo se resume en ese madero donde es clavado el Hijo de Dios, donde muere para vencer a la muerte. En su costado se clavan nuestras miradas, tan cortas que apenas si son capaces de entender todo lo que acontece.
Los primeros cofrades en situarse junto a la Cruz cada Cuaresma son los hermanos del Silencio. El Triduo al Santísimo Cristo de la Humildad es aldabonazo de un periodo de reflexión en el que la oración íntima se hace pública en la celebración de la Eucaristía.
Fotografías: Pedro Oya