Siempre es buena época para perderse por el viejo Jaén. Sin embargo, es en primavera cuando rincones como San Bartolomé cautivan con su olor y belleza. Ahora, con el otoño a la vuelta de la esquina de una calleja, el olor vuelve a embriagar el ambiente. Son nardos los que invitan a entrar en el templo de bronce donde la más bella flor espera tu encuentro. Este año ha sido sin el beso de rigor de un inicio de curso que también es final de un aniversario marchito por la pandemia. Los 25 años de María Santísima de las Siete Palabras dejaron para el recuerdo citas como la exposición Mater Tua, pero el coronavirus confinó las esperanzas de cumplir con un programa sencillo e íntimo diseñado con esmero por la Hermandad de la Expiración.
Como cada septiembre, María dejó por un momento de rezar al pie de la Cruz para estar cerca de cofrades y devotos, quienes soportan cruces a diario con la esperanza de encontrarse en este valle de lágrimas con Ella, la Reina del Cielo que en San Bartolomé huele a flor de primavera, aunque sea otoño.
Fotografías: Manuel J. Quesada Titos