Han sido dos meses sin poder acudir a rezarle, a hablarle y contarle nuestros problemas o darle gracias, que no todo es negativo en tiempos de pandemia. El pasado 13 de marzo, en el segundo día del Besapié de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la Cofradía del Abuelo anunciaba la suspensión del piadoso acto al que siguió horas después, la declaración del Estado de Alarma y el cierre de los templos. Desde entonces, el Santuario Camarín de Nuestro Padre Jesús permanecía con el cancel echado, y en su interior, el Señor de Jaén sin su gente.
Con el inicio del desconfinamiento y aplicando todas las medidas de prevención sanitaria necesarias, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno ha vuelto a abrir la casa de Jesús y desde primera hora, los jiennenses han pasado a visitarle. Con la distancia de seguridad hacia el prójimo, pero con la cercanía que ofrece Dios, el pueblo ha querido encontrarse de nuevo con el Nazareno que antaño acabó con otras epidemias y al que ahora se dirigen las oraciones para que ésta pase y lo haga pronto.
Lo llaman nueva normalidad, pero el reencuentro de Jaén con su Abuelo es la normalidad más cotidiana y verdadera de la capital del Santo Reino.