Hay un colegio, una fuente,
al fondo, servil, el Maestro
que alecciona el Padrenuestro
entre el brío penitente.
Por el arrabal, Clemente,
anticipa escalofrío
de un medievo que tardío
dibuja cruces de Humildad,
y en la silente oscuridad
es racheo, saeta y frío.