La Semana Santa de Andújar ya goza de la distinción de Fiesta de Interés Turístico de Andalucía. El inusitado apogeo que ha adquirido en la última década, el tránsito de los desfiles procesionales por los indelebles altozanos y calles del casco histórico y esa mezcla de solemnidad y barroquismo religioso, le han conferido una impronta y personalidad, que le han valido esta distinción.
La delegación provincial de Turismo se lo comunicó el pasado día 21 de enero a la Agrupación de Hermandades y Cofradías del Arciprestazgo de Andújar. A partir de ahora los carteles de Semana Santa y de otra clase de material promocional, llevarán esta distinción. Su presidente, Alfonso Soto, ha indicado a esta redacción que desde hace cinco años la Agrupación de Cofradías empezó a trabajar por la consecución de esta denominación que empezó a gestarse en el pregón de Semana Santa que pronunció en el año 2006, Antonio Aceituno.
Satisfacción
La Agrupación de Hermandades y Cofradías del Arciprestazgo de Andújar ha acogido con una enorme satisfacción esta noticia, porque entiende que le va a dar mucho más realce a la Semana de Pasión iliturgitana. Su máximo responsable demanda más implicación por parte del Ayuntamiento. «Debe de involucrarse más de lo que lo hace en la actualidad, porque en los días de Semana Santa es cuando la ciudad experimenta más bullicio, que no se alcanza ni en Romería», constata Soto.
Detrás de esta reivindicación se esconde un malestar de las cofradías con el Consistorio que ya se exteriorizó en la pasada Feria de Septiembre al no fraguar el proyecto de la Plaza Cofrade en el ferial. «Le hemos pedido hace una semanas una reunión al Ayuntamiento para hablar de varios aspectos y no se nos ha contestado y tenemos que perfilar muchas cosas», señala el presidente. Por otra parte, ya le ha trasladado a la Cofradía Matriz el deseo de que no organice los principales cultos de Romería durante los días principales de la Semana Santa, porque este año el Domingo de Resurrección será el último domingo de abril. «Es algo que pasa una vez en cada siglo y nos ha tocado vivirlo», admite Alfonso Soto.