Todavía se antoja lejano el Miércoles Santo en el que María Santísima de la Trinidad se plante en el corazón de Jaén. Sin embargo, no necesita palio, ni marchas para sentirse querida por un barrio que quedó cautivo de su belleza. San Isabel es otro desde que la Cofradía del Cautivo se asentó en esta zona del Jaén de siempre. La hermandad se ha impregnado del barrio, y el barrio va cogiendo poco a poco la pátina cofrade que termine por fijar su castizo latir diario.
La Hermandad del Cautivo ha celebrado el Triduo a su Virgen y ha vuelto a acercar a María a la gente, para que con un beso lo cuenten sus cosas, dialoguen de Madre a hijos, de hijos a Madre.