El anuncio del cambio de cartelista de nuestra Semana Santa, a tan solo un mes de su presentación, es un simple añadido más de la errónea hoja de ruta que la Junta de las Cofradías Jiennenses esta tomando desde la llegada al poder. Y es que, decisiones como esta, solo pasan en Jaén.
Según la noticia publicada por el medio cofrade Pasión en Jaén, la decisión fue tomada la semana pasada, con posibilidad de cambiar a un montaje fotográfico, pero que al final se recurre ¡a tan solo un mes! a otro pintor. Si, esto en otros lugares podría haber causado motines, revoluciones, asaltos… pero no perdamos mucho la cabeza. Esto es Jaén, y aquí la cordura, la seriedad, el saber hacer bien las cosas lo perdimos hace algún tiempo.
También otra cuestión relevante es el motivo por el cual se rechaza la obra del amigo y hermano Ignacio, “la obra pictórica no reúne las condiciones técnicas para convertirse en el cartel de la Semana Santa de Jaén.”Esto nos puede llevar a hacernos muchas preguntas ¿cuáles son esas condiciones? ¿cómo será la pintura para ser rechazada? ¿quien es la Agrupación para tomar esa decisión si aun no la hemos visto? Me quiero trasladar al año 2012, cuando en la bella Ciudad de Málaga fue presentado su Cartel de la Semana Santa. Fue obra del ya desaparecido pintor local Manuel Mingorance, ejecutada hace 45 años, pero que la Agrupación de Cofradías Malagueñas quiso recuperar para ser protagonista de tal honor que es ser el cartel de carteles. Fue una obra revolucionaria, radical, fuera de los barroquismos y las ranciedumbres que asolan nuestra Semana Santa, contrastando la pasión de un Cristo muerto en la cruz, con los altos edificios y las luces de los coches. El cartel fue presentado, sin ser rechazado. Se contó con la experiencia del artista, sin intereses ocultos, ni nada por el estilo. Fue criticado, pero también aceptado.
Con este ejemplo simplemente quiero decir que no hay ninguna condición al arte. Que el arte es libre, como su autor. El Cartel de la Semana Santa tiene que ser una expresión del artista de como la siente, como la vive, causando sensaciones a quien lo contemplan. Con este gesto por parte de la Agrupación de Cofradías se esta limitando ese derecho de expresión. No se si habrá intereses ocultos, que suele haberlos cuando se decide tal cartelista o tal pregonero, y eso todos lo sabemos. Pero insisto, esta es otra de las catastróficas decisiones de la junta de la calle Bernardo López. Pero a esto, como decía al principio, ya venimos acostumbrados. Paz y Bien.
Guillermo Pérez del Pino