Pocos templos en Jaén tienen la magia que en la penumbra emerge en San Bartolomé. Tan cerca del centro y tan escondida entre callejuelas, la parroquia de bronce detiene el tiempo en sus naranjos que anhelan la primavera y los adoquines que guardan pasos a ninguna parte. Es allí, bajo la espadaña y artesonado de madera, donde María nos recuerda permanentemente las Siete Palabras de Cristo en la Cruz. Las últimas de su misión en la Tierra, las primeras de su Gloria en el Cielo.
Durante tres días, la Cofradía de la Expiración ha celebrado el Triduo a María Santísima de las Siete Palabras, jornadas de oración y hermandad que en el segundo día tuvo también la música de su banda. La Expiración ofreció un concierto en el interior de San Bartolomé en honor a su Virgen, porque las cornetas que claman por el último suspiro de Cristo, también lloran en el llanto de su Madre.
Fotografías: Manuel J. Quesada Titos