Seguramente sean muchas las razones que motiven a las hermandades a sacar a sus Sagrados Titulares a las calles para manifestar su fe. Hay incluso quienes critican el “interés” de rezar en la vía pública cuando no se hace todo lo que se quisiera en los templos. Sin embargo, hay momentos, gestos, miradas que bien merecen el esfuerzo, el compromiso cofrade y el tesón de salir con Cristo o con su Bendita Madre.
Un ejemplo de esto lo vemos cada año en el Rosario Vespertino de María Santísima de la Esperanza. En esta ocasión, entrado ya el mes de junio, la Hermandad del Perdón volvió a rezar junto a su Virgen por la feligresía de Cristo Rey y mantuvo su paso por el Complejo Hospitalario de Jaén. Allí, donde la vida lucha contra la enfermedad es más necesaria la Esperanza. Esperanza en la salud, en la recuperación y en la vida. Por eso, el encuentro con María entre cirios y batas blancas es mucho más que aliento, es la mejor medicina.
Fotografías: Manuel J. Quesada Titos