El restaurador jiennense Jacinto Linares Talavera ha finalizado los trabajos de revisión y restauración a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Durante unos días, el Abuelo ha permanecido en la parte baja de su capilla camarín para facilitar la tarea del restaurador.
El restaurador jienense Jacinto Linares comenzó a trabajar sobre la imagen para restaurar la policromía dañada, especialmente sobre la zona expuesta para el besapie de cada Cuaresma. Se ha tratado de pequeños retoques en la zona del pie, la pierna y también por el interior de las manos.
Hace dos años, la junta de Gobierno de la Cofradía acometió una restauración integral y en el besapie del año pasado, la zona fue protegida con una estructura de metacrilato.
Jacinto Linares ya acometió los trabajos de restauración de la Virgen del Carmen que las hermanas Carmelitas Descalzas de Sevilla donaron a la Cofradía en junio de 2015.
¡Sorprendente noticia!, al menos para mí y seguramente para otros muchos cofrades, ignorantes de que Nuestro Padre Jesús ha sido sometido a un proceso de restauración.
Es aún mas sorprendente, cuando entro en la noticia y compruebo que se dice que la restauración ha consistido en pequeños retoques en la zona del pie, la pierna y también por el interior de las manos, haciéndose alusión a la “restauración integral” acometida hace dos años y comentándose que para el besapie del año pasado, “la zona” fue protegida con una estructura de metacrilato, de lo cual se dio conocimiento por la Junta de Gobierno en la Asamblea General de Cofrades, al igual que, seguramente, se hará en la próxima Asamblea, aunque por otro Hermano Mayor distinto.
El año pasado, no pude besar el Pie de Jesús, porque me fue negado el acceso al Camarín por un miembro de la Junta de Gobierno como consecuencia de haber acudido el último día y sobre veinte minutos mas tarde del horario establecido y pese a que el recinto se encontraba abierto y lleno de gente. No pude ver, por lo tanto aquella estructura protectora de metacrilato.
Se produjeron una serie de circunstancias de índole familiar que me impidieron acudir en un día anterior o a una hora más temprana, pero este año y pese a continuar vigentes aquellas mismas circunstancias, si que he podido acudir a esa cita que muchos jiennenses, cofrades y no cofrades queremos tener con Nuestro Padre Jesús para besar su pie y, sinceramente, quedé muy decepcionado con esa estructura protectora, y poco o nada convencido de su finalidad.
Decía el Hermano Mayor en aquella Asamblea General que los muchos besos, las caricias con las manos y el hecho inevitable de que muchas personas pasaran estampas, pañuelos u otras prendas sobre el Pie y Pierna de Jesús, provocaba un deterioro sobre la policromía y que el motivo de la estructura protectora era el de evitar todas aquellas “muestras de devoción y cariño”, (por llamarlo de alguna manera) y centrar el beso de los labios, mas o menos pintados en un punto concreto, para salvaguardar el resto de su Pie y de su Pierna.
No se, porque soy profano en el tema, si la misión de aquella estructura protectora, que solo lleva dos años utilizándose ha dado el resultado deseado. Sin duda, ya nadie puede pasar una estampa o un pañuelo sobre el Pie o Pierna de Jesús, debidamente ocultas y protegidas, pero y también sin duda, ya nadie puede besar el Pie de Jesús pensando en el propio acto del beso y en los sentimientos que en el interior de cada cual conlleva ese acto, pues cada jiennense, cofrade o no cofrade, tiene que ocupar su pensamiento en el modo de conseguir que sus labios lleguen a contactar con la imagen, perdiéndose ya totalmente el pensamiento y, paralelamente el sentimiento, cuando pretendes dar el beso y tienes que ladear tu cabeza para un lado y para otro hasta conseguirlo.
Siempre se ha besado el Pie a Jesús, mostrándole al pueblo su Pie Descalzo y su Pierna descubierta casi hasta la pantorrilla. Unos han propinado el beso mas arriba, otros mas abajo; unos acariciando el Pie al momento de besarlo, otros sujetando simplemente la peana, pero todos con la libertad de poder fundir con su beso la petición o el agradecimiento que ha salido desde su corazón.
Así ha sido desde que se recuperó esta costumbre allá por la década de los setenta y durante los, probablemente, cientos de años en los que se hizo con anterioridad. Tras cada beso un suave paño de manos de una Camarera o de cualquier otra persona designada por la Junta de Gobierno, limpiaba el lugar besado dejándolo expedito para recibir un nuevo beso y con él una nueva petición o un nuevo sentimiento de gratitud salidos desde un corazón distinto, y nunca, al menos nunca que se haya sabido, ha sido necesaria ninguna acción restauradora por esta causa.
Hoy tan solo se puede besar, con cierta dificultad un punto concreto del Pié de Jesús, determinado por la Junta de Gobierno y a través de una cuadriculada apertura diseñada sobre la estructura de metacrilato, presumiblemente protectora y se limpia el lugar besado no con el paso de un suave paño en las manos de una camarera, sino con la dificultad que entraña para ésta el tener que introducir con uno o dos dedos el suave paño en la cuadrícula. Hoy ya nadie acaricia el Pie o Pierna de Jesús, al menos nadie de quienes acuden con fervor y devoción a este acto.
El Pie, la Pierna y el interior de las Manos se dice que han sido las zonas “retocadas”. Un retoque que, supongo que habrá sido necesario, aunque no acierto a comprender que lo haya sido a tan solo dos años de una “restauración integral” y de la invención de la estructura de metacrilato cuya teórica finalidad era la de la protección.
Pienso que no puede tener absolutamente nada que ver el Besapie con esta restauración si, además de los retoques del Pie y de la Pierna, durante los dos años transcurridos desde la última “restauración integral”, intocables para quienes acudimos al Besapie, añadimos los retoques del interior de las Manos. En todo caso, un ocultismo sobre el que tendremos que esperar a la próxima Asamblea General de Cofrades para ver algo de luz.
Como es de desear, tan solo espero que todo esto de la restauración, de la estructura y de los retoques, haya tenido la conformidad y beneplácito del ICROA (Instituto de Conservación y Restauración de Obras de Arte) y que el restaurador D. Jacinto Linares Talavera, además de jiennense, sea uno de los técnicos de este centro en el que, otra Junta de Gobierno, hace 23 años depositó la salud de Nuestro Padre Jesús Nazareno, El Abuelo de Jaén.